La escasa formación de taxónomos en el país ha sido una preocupación permanente del Profesor Emérito Jorge Artigas. Por eso, de tanto en tanto, se encarga de advertir de las consecuencias que la falta de expertos en la identificación de las especies puede tener tanto para la ciencia como en asuntos prácticos como la detección de plagas o las importaciones y exportaciones.
El docente, ingeniero agrónomo y doctor en biología, volvió sobre el tema en su exposición Los nombres en la Ciencia, que ofreció en el marco de la Escuela de Verano y con la Academia de Profesores Eméritos puso fin a su ciclo de conferencias 2009.
En la introducción de su presentación, el académico se refirió a la capacidad del hombre de nombrar y calificar lo que lo rodea -un signo, dijo, de profunda humanidad- y de su curiosidad de saber siempre cómo se llaman las cosas.
“La base de todo lo anterior es que el nombre sea confiable y ser fiel a lo que describe”, dijo.
Para reafirmar la importancia de los nombres, Artigas relató algunas experiencias de hallazgos de especies que nunca han llegado a ser identificadas, lo que ha frenado las posibilidades de avanzar en su investigación. “Si no tiene el nombre, no tiene nada”, afirmó de manera categórica.
El académico señaló que el problema de la falta de taxónomos se debe a la importancia que se dio a la biología molecular y celular, tras la llegada de muchos profesionales que se especializaron en el extranjero.
Estas líneas, agregó, fueron privilegiadas por los administradores del sistema científico por sobre proyectos vinculados a la taxonomía, una disciplina que –a su juicio- se hará más necesaria al considerar las nuevas proyecciones sobre las especies que quedan por descubrir a nivel mundial y, por tanto, también en nuestro país.
Sólo un ejemplo: hoy se conocen unas 4 mil especies de bacterias y se estima que existirían cerca de un millón.
El profesor Artigas señaló que el camino para contar con estos especialistas, está en encantar a los jóvenes con la taxonomía, fomentar estudios en el área, crear cargos estables en las instituciones y apoyar a quienes tienen vocación y están dispuestos a seguir en ella.