El doctor Fernando Nava, director general del Inali, de México, estuvo en la Universidad invitado por el programa de posgrado en Lingüística.
A nivel mundial existe un aumento en el interés de los sectores académicos y de los diferentes agentes sociales por desarrollar ciertas intervenciones que ayuden a revertir las tendencias de las desapariciones de algunas lenguas indígenas. Según el doctor Fernando Nava, director general del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas, Inali, de México, se estima que existen seis a siete mil lenguas vivas. “La tendencia indica que si no se hace nada al respecto, en el siglo XXI se va a perder la mitad. Es un ritmo alarmante ya que significa la pérdida de una lengua cada dos semanas”.
Nava estuvo en la Universidad dictando el curso Pluralidad de lenguas y diversidad lingüística a los alumnos del posgrado en Lingüística de la facultad de Humanidades y Arte. Este programa tiene como uno de sus énfasis principales ocuparse de las lenguas minoritarias, particularmente de la mapuche, por lo que la presencia del experto mexicano, quien además dictó la conferencia La desaparición de las lenguas indígenas, potencia este interés.
Nava explica que el Inali, creado en 2005, tiene como una de sus encomiendas catalogar las lenguas indígenas nacionales, paralelo a lo cual se ha establecido una sencilla estrategia de revitalización que incluye identificar a los diferentes agentes externos e internos de las comunidades que hablen la lengua en riesgo, invitándolos a comprometerse en su recuperación y diseñando con ellos el programa de trabajo que se aplica posteriormente. El doctor mexicano enfatiza en la necesidad de una garantía de continuidad. “Reactivar una práctica social es un reto mayor. Cuando una lengua comienza a llegar al riesgo de desaparecer, reactivarla es un fenómeno muy complejo”.
Otro aspecto que destaca como primordial, además de la disposición de los hablantes, es la presencia de niños y jóvenes que garantizan esa continuidad social.
La investigación en lenguas indígenas aporta en diferentes campos del conocimiento. Nava explica que la profundidad de los estudios de las estructuras lingüísticas favorece las estrategias de enseñanza de lenguas. “Otro aspecto importante relacionado con la sico o neurolingüística tiene que ver con el funcionamiento de la mente. Es fascinante ver cómo los estudios del lenguaje han entrado en diálogo con patologías y con procesos mentales”.
Nava señala que el conocimiento que ha generado la investigación lingüística ha alimentado estos campos científicos sobre las funciones mentales, aumentando además la comprensión de los procesos cognoscitivos.
A su juicio el panorama chileno en esta área es similar al existente en Latinoamérica. “Es un porcentaje totalmente asimétrico de atención académica, pedagógica, lo que tiene relación con la situación histórico-social, donde estos grupos hablantes indígenas fueron vistos como fuerza de trabajo, sin interés por establecer alguna equidad político-administrativa”.
En ese escenario destaca la labor realizada por el fallecido académico de nuestra casa de estudios, Adalberto Salas, “figura de gran tamaño en esta materia”. Además, dice, se percibe en la nueva generación in interés por estas materias.
A nivel mundial existe un aumento en el interés de los sectores académicos y de los diferentes agentes sociales por desarrollar ciertas intervenciones que ayuden a revertir las tendencias de las desapariciones de algunas lenguas indígenas. Según el doctor Fernando Nava, director general del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas, Inali, de México, se estima que existen seis a siete mil lenguas vivas. “La tendencia indica que si no se hace nada al respecto, en el siglo XXI se va a perder la mitad. Es un ritmo alarmante ya que significa la pérdida de una lengua cada dos semanas”.
