La calidad es el factor
diferenciador entre instituciones
que aparentemente son iguales.
La Ley 20.129, publicada el 17 de noviembre
de 2006, establece un Sistema Nacional
de Acreditación Institucional de la
Educación Superior
chilena, cuyo objetivo
es evaluar el cumplimiento
del proyecto
institucional y verificar
la existencia de
mecanismos de autorregulación
y aseguramiento
de la calidad
y propender al
fortalecimiento de su
capacidad de autorregulación
y al mejoramiento
continuo de la calidad. Contempla
las áreas obligatorias de Gestión
Institucional y Pregrado, y las electivas de
Posgrado, Investigación y Vinculación con
el Medio.
La Acreditación Institucional enfatiza que
la calidad es esencialmente responsabilidad
de las propias instituciones y no de
un organismo externo a ellas, sin perjuicio
que la garantía pública de calidad sea
provista externamente mediante procesos
sistemáticos de evaluación.
En el proceso de Acreditación Institucional
cada institución desarrolla un detenido
análisis de las políticas y mecanismos de
autorregulación, examinando rigurosamente
su existencia, aplicación sistemática,
y los resultados obtenidos. Este análisis
genera un Informe de Autoevaluación,
que constituye la primera etapa en el proceso.
En seguida, contempla una Evaluación
Externa, donde expertos nacionales
y extranjeros visitan nuestra Institución,
quienes desarrollan una auditoría académica,
destinada a determinar si la institución
cuenta con políticas y mecanismos
de autorregulación que permitan asegurar
calidad. Finalmente, la CNA emite un juicio
en base a la ponderación de los antecedentes
recabados, mediante el cual se
determina acreditar o no a la Institución,
por un período máximo de siete años.
La UdeC ha puesto la calidad en el centro
de su política, comprometiendo a toda la
comunidad universitaria en la creación de
una cultura de la calidad. Nuestro foco es
el mejoramiento continuo, el que permite
orientar nuestro quehacer y generar una
sinergia positiva entre la Universidad y los
requerimientos del país. Estar acreditada
institucionalmente tiene muchos beneficios,
tanto para los estudiantes, quienes
pueden acceder a los créditos del Estado
y a movilidad estudiantil, como para la institución
que puede optar a recursos mediante
fondos concursables y, sin lugar a
dudas, constituye el mecanismo de garantía
de la calidad más utilizado actualmente,
de acuerdo a las tendencias internacionales.
Es evidente que, aparte del crecimiento
sostenido que nuestra institución ha experimentado
en todos los ámbitos de su quehacer,
se están dando pasos importantes
tras el cumplimiento de los objetivos de
calidad que nos fijáramos hace un tiempo
atrás y que hemos seguido en concordancia
con nuestra misión y visión. Un factor
determinante ha sido la producción de
un plan de desarrollo institucional de segunda
generación, con indicadores y monitoreo
de los mismos, lo que permite realizar
los ajustes necesarios para asegurar
el cumplimiento de las metas.
Arturo Mora
Director de Estudios Estratégicos