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  Nº 656 jueves 03 de diciembre de 2009

 

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•ENTREVISTA

Una experta en comercio internacional

Una convencida que la enseñanza de un segundo idioma es una obligación y una inversión más que un gasto.

La economista chillaneja Claudia Ibáñez Elcano (tres hijos) es la directora de América del Norte de la dirección de Promoción y Exportaciones, ProChile, del ministerio de Relaciones Exteriores. Profesional de nuestra Universidad, su llegada a Concepción desde su ciudad de origen estuvo definida por la cercanía geográfica, pero también por la ligazón del plantel con su padre Mario Ibáñez, uno de los fundadores y académico de la Facultad de Agronomía en Chillán. El ya está retirado-recuerda-Claudia, pero sigue activo profesionalmente.

Los años ochenta están de moda, ¿cómo fueron los suyos en la U.?

El año 1980 ingresé a Ingeniería Civil Química. Ello me permitió comprobar que lo mío no era la física ni la química, así que al año siguiente, en 1981, ingresé a la Facultad de Economía. Los ochenta constituyeron, en lo personal, una experiencia nueva, una vivencia distinta. Por primera vez lejos de casa, que incluía un sentimiento de libertad, porque salir del hogar tenía su lado muy entretenido. Toca asumir responsabilidades y dedicarse al estudio de manera seria y persistente. Los ochenta, como universitaria, fueron años de gran efervescencia política con momentos de mucha adrenalina, pero que también dejaron una experiencia importante.

¿Quiénes formaron parte de su generación?

Patricia Berástegui, Francisco Tapia, Francisco Contreras, Jorge Condeza, Carmen Gloria Fuentealba, Juan Carlos Ramos, entre otros. Ellos y varios más han sabido desempeñarse muy bien en sus respectivos trabajos.

Cuéntenos su experiencia en el ámbito de las relaciones comerciales internacionales.

Tras recibirme en 1985, al año siguiente ingreso al ministerio de Relaciones Exteriores. En 1991 me traslado a Concepción a hacerme cargo del proyecto piloto de creación de la primera oficina regional de ProChile. Estuve siete años excelentes donde me tocó formar equipos , dar a conocer el trabajo de Pro- Chile en terreno, brindar apoyo especializado a las empresas que querían exportar y detectar los potenciales rubros de la región. Entre quienes formaron mi equipo en aquel entonces está Marcela Aravena, otra exalumna, que parte en enero como Agregada Comercial de ProChile en Costa Rica.

¿También le tocó trabajar fuera de Chile?


Regreso a Santiago el 2002 a trabajar en el Departamento América Latina y posteriormente viajo como agregado comercial a Canadá. Me fui con camas y petacas, pues estuve cinco años y con toda mi familia. Otra experiencia nueva para mí . Elaborar estrategias de promoción en el primer país con el cual Chile firmó un TLC; abrir nuevos mercados, estudiar productos. Vivía en Toronto que es el gran centro comercial de Canadá. Entre Chile y Canadá hay bastante complemento, afinidad y visiones económicas similares. Es un país de inmigrantes, multicultural y con niveles de desarrollo muy altos. Regresé a mediados de 2007, con gran pesar de mis hijos mayores, que querían seguir viviendo allá.

¿Su actual trabajo en qué consiste?


Es la coordinación directa con las oficinas comerciales de América del Norte, seis en Estados Unidos; dos en México y dos en Canadá. En total diez oficinas con las cuales generamos inteligencia sobre los mercados y elaboramos información útil para los empresarios. Hay muchas empresas exportando, con diversidad de productos. Es lejos el mercado natural más importante para Chile, con excepción de China para los commodities. Por otra parte nos interesa promover Chile como plataforma comercial en América Latina. Que empresas vengan, se instalen y produzcan. Tenemos infinidad de redes de libre comercio con reglas muy claras lo que aumenta la competitividad.

¿Es una viajera frecuente?

Lo suficiente y necesario. Es un trabajo variado, creativo, versátil, donde hay mucho que hacer y donde los apoyos muestran resultados a mediano y largo plazo.

¿Usted es un ejemplo concreto de la importancia de ser bilingüe?

Una convencida que la enseñanza de un segundo idioma es una obligación y una inversión más que un gasto. Por supuesto yo aprendí inglés en el camino, pero con mis hijos tengo claridad en que la propuesta de presente y futuro es con inglés. En el caso de mis hijos ya tienen inglés y francés adquiridos y eso me enorgullece.

¿Cuán importantes son las universidades en el tema del comercio internacional?

Son fundamentales porque tienen la capacidad de formar los profesionales que se desempeñarán en el futuro en un área que cada vez será más decisiva; pueden recibir y así lo están haciendo a alumnos de distintas latitudes que vienen a formarse a Chile porque consideran que nuestro país tiene las condiciones requeridas para estudiar una carrera o para adquirir postítulos y grados. Son muy demandadas las universidades chilenas. Ese intercambio es útil.

¿Cuál es el recuerdo principal al evocar la Universidad?

Primero como mi Alma Mater, el lugar donde me formé profesionalmente y adquirí los elementos básicos para batirme en la vida profesional. Por otra parte está la natural nostalgia de aquello que fue una época hermosa, en plena juventud.

(Mónica Silva Andrade)

 

 

 

 

 

 

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