El tránsito del proyecto científico al negocio con base tecnológica

En mesa redonda se dieron a conocer experiencias y las distintas vías existentes para escalar un resultado de investigación con potencial de negocio.

Generar una conversación con los investigadores del Centro de Biotecnología en torno a conocer las vías que existen para escalar un resultado de investigación con potencial de negocio y las distintas líneas de financiamiento que existen para quienes buscan generar una empresa a partir de una investigación, fue el objetivo principal de la mesa redonda Conectando ciencia y negocio, organizada por IdeaIncuba, la incubadora de negocios de la Universidad.

En ella participaron Sandra Araya, ingeniero de proyectos de la dirección de Investigación; Patricia Aballay, ingeniero de proyectos de IdeaIncuba, y el investigador de la facultad de Ingeniería, Oscar Farías, quien compartió su testimonio de emprendimiento con su empresa, Optiflamma (www.optiflamma.cl), con la que ha postulado a líneas como Fondef y VRI (programa de valorización y transferencia de resultados de investigación, de Conicyt).

En el encuentro, en el que participaron investigadores del CBUdeC y estudiantes de posgrado, Araya revisó las diferentes líneas existentes que financian la transferencia tecnológica, explicando su funcionamiento y respondiendo dudas de los asistentes. En ese contexto se refirió a la nueva línea de financiamiento Empaquetamiento tecnológico para nuevos negocios, de Corfo, subsidio que apoya el proceso de empaquetamiento de negocios sofisticados, desde el punto de vista tecnológico, y con alto potencial de crecimiento. Por “empaquetamiento tecnológico” se entiende el proceso de desarrollo de productos que presentan una oportunidad comercial demostrable.

Al exponer su experiencia emprendedora, Farías explicó cómo a partir del exitoso resultado del proyecto Fondef Desarrollo de sistemas de control en equipos de combustión, mediante análisis fotónico en línea de la llama, lograron crear un empresa de base tecnológica apoyados por IdeaIncuba. En 2007 se solicitó la patente nacional para el producto y, a través Innova, se realizó la solicitud en Estados Unidos.

Actualmente están comenzando la línea 2 del capital Semilla, con el objetivo de realizar negocios, para lo cual ya se han hecho dos pruebas pilotos en empresas nacionales, y existe interés por parte de compañías extranjeras, para lo cual esperan realizar empaquetamiento tecnológico de modo de probar la tecnología en Estados Unidos.

“Emprender no es fácil, dijo Farías, pero si tenemos claro que esto tiene beneficios en lo económico y también en el crecimiento personal, sobre todo como académico, es algo que vale la pena intentar. Es factible y cualquier persona puede acceder”.

Aballay señaló que actualmente IdeaIncuba tiene 50 proyectos en distintas etapas de incubación, 25 de ellos de investigadores o alumnos de la Universidad.

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