Un nuevo paso en la integración de la discapacidad

Para quienes no sufren de la discapacidad visual, un estudiante ciego o de visión reducida puede parecer diferente, pero quienes los conocen de cerca, aseguran que no lo son. La terapeuta en baja visión, Patricia Ramos, explica que estos jóvenes tienen las mismas capacidades que las personas con visión normal, sólo que requieren de estímulos más específicos en alguna etapa de su proceso educativo.

A estos requerimientos apunta el Programa de Asistencia Multidisciplinario a Estudiantes con Discapacidad Visual (Artiuc) que, en un nuevo paso hacia la integración en el espacio universitario, lanzó la semana pasada un manual destinado a los académicos que interactúan con estudiantes ciegos o de baja visión, de manera que puedan facilitar su inclusión en el aula y atender de manera adecuada sus necesidades educativas.

El manual, que resume la experiencia capitalizada por Artiuc en sus 10 años de funcionamiento, incluye una tipificación de las discapacidades visuales, las patologías de mayor incidencia en los alumnos de la Universidad, consejos relativos a metodologías y antecedentes sobre las ayudas técnicas de que disponen los alumnos para acometer sus obligaciones académicas, entre otras.

Junto con reconocer la labor de los profesionales de Artiuc, el vicerrector Ernesto Figueroa, destacó que con estas voluntades, el conocimiento y el apoyo de las tecnologías, el programa está creando oportunidades para los jóvenes que sufren la discapacidad. Esto, dijo, es un reflejo del sentido de equidad y responsabilidad social de la casa de estudios.

Las palabras del profesor Vicente Aliste, quien ha liderado Artiuc desde sus inicios, dan cuenta de la orientación del trabajo de este programa. “La parte hermosa y bella, para quien piensa y trabaja con el discapacitado es procurar con el propio limitado, descubrir y potenciar en él un nuevo proyecto de vida”, dijo.

Testimonio de los resultados de este programa, el estudiante de quinto año de Sociología, Rodrigo Canales, señaló que “los que tenemos un grado de remanente visual, siempre damos gracias a la Universidad por darnos la oportunidad de ingresar y demostrar que aunque tengamos algún grado de discapacidad podemos desenvolvernos como seres humanos normales”.

En sus 10 años, Artiuc ha atendido a unos 30 estudiantes, de los cuales 6 se han titulado. Actualmente son 21 los jóvenes discapacitados integrados a 11 carreras.

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