Analizan futuro de Programa Marea Roja
Con 5 proyectos culminados y otros 6 en desarrollo, el Programa de Ciencia y Tecnología Aplicada a Marea Roja de Fondef se apresta definir su futuro. El tema fue discutido el lunes, durante el taller que reunió en EmpreUdeC al subdirector del Programa, Cristian Lagos; los miembros del Comité Técnico de Fondef, Alfonso Valenzuela, Guillermo Moreno y José Miguel Troncoso, e investigadores que participan en proyectos Marea Roja.
El taller partió con los informes de avance de las iniciativas que dirigen Miriam Seguel (Universidad Austral), de herramientas de manejo para planificación de cosechas de recursos bentónicos contaminados con biotoxinas; Robert Simpfendorfer (Universidad de Los Lagos), que trata del diseño de un módulo de detoxificación de moluscos vivos, y Alfredo Troncoso (Universidad de Concepción), sobre un algoritmo para estimar el riesgo de ocurrencia de FAN producido por Alexandrium catenella, que se desarrolla desde el Laboratorio de Oceanografía Química.
Luego, los asistentes se concentraron en el análisis de la continuidad de este programa que nació en 2002 en respuesta a la crisis que sufrió la pesca artesanal tras un florecimiento algal nocivo –FAN, conocido comúnmente como marea roja- generado por Alexandrium catenella (microorganismo que produce el veneno paralizante de los mariscos) en Chiloé. El gobierno de la época dispuso de un fondo especial para encarar, con bases científicas, estos eventos que ya comenzaban a hacerse más frecuentes y persistentes en el país. En sus dos convocatorias, en 2002 y 2007, el programa ha entregado recursos sobre los 2 mil 700 millones de pesos.
Cristian Lagos afirma que los impactos económicos y sociales asociados a eventos FAN “justifican que sigamos conociendo nuestro fenómeno, con investigadores trabajando de manera permanente en el tema”. La implementación de técnicas de punta para la detección de toxinas, la puesta en marcha de sistemas de monitoreo y sistemas de referencia, entre otros, hablan de los avances impulsados por los proyectos. Lo que sigue, dice Lagos, es presentar los argumentos que defiendan la opción de la continuidad.
Alfonso Valenzuela señala que si bien ya existen grupos de trabajo definidos “hay mucha dispersión”, por lo que se hace necesario aprovechar la experticia adquirida, creando sinergias entre los investigadores. Agregó que se trata de un tema que puede “afectar fuertemente la capacidad de Chile como potencia exportadora de alimentos”.
Para Alfredo Troncoso, es imprescindible mantener series de tiempo y bases de datos que permita a los expertos hacer modelaciones en la vía de predecir los eventos; en tanto, el director de Oceanografía, Marco Salamanca (coinvestigador en el proyecto de Troncoso) indica que el problema de la marea roja requiere de un programa de largo aliento, argumentando que “hay países que llevan muchos años en el tema y aún no lo resuelven”.
De acuerdo a los investigadores, un programa de este tipo debe tener un carácter transversal y abordar tanto los aspectos de investigación básica y aplicada, e incluso materias de comercialización.
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