Cuando se habla de energías no es posible generalizar
“Más que darles una solución prefabricada hay que dotarlos de herramientas para aprender y resolver problemas”.
Es tajante. Dice que cuando se habla de energía no es posible generalizar. Por eso se cuida mucho de emitir un juicio definitivo sobre la forma de abordar las soluciones a los problemas energéticos.
“Toda tecnología es buena si es puesta donde se tiene que colocar”, afirma el académico de la Universidad de Milán, Giacomo Elias, cuando se le pide evaluar una opción energética frente a otra. Y se niega al concepto de energías alternativas. A su juicio “no son una alternativa a nada”, lo que explica diciendo que no es posible iluminar la ciudad de Santiago o Concepción a partir de un circuito fotovoltaico, porque implicaría montar un gran campo de paneles. “Sólo paneles, ya no habría flores ni vegetación…se acabaría la poesía”. Por eso las llama integrativas, “porque se pueden integrar muy bien en un sitio y no en otro”. En definitiva, dice, todo es cuestión de escalas y de las situaciones específicas que se quiere resolver.
Elias –que ha sido presidente de los comités italiano y europeo de Estandarización y del sistema nacional de acreditación de laboratorios en su país- estuvo de visita en nuestra casa de estudios, como asesor de un proyecto Mecesup destinado a establecer el diseño para programa de doctorado en energías para la Universidad, iniciativa que coordina el profesor de la facultad de Ingeniería Mecánica, Adelqui Fissore.
En su estadía realizó una serie de actividades que incluyeron encuentros con las autoridades universitarias y directivos de Ingeniería; reuniones de trabajo con docentes de las unidades académicas que participan del proyecto de doctorado, ofreció algunas conferencias –sobre energía y arquitectura y sistemas energéticos y sistemas de aseguramiento de calidad- y visitó a investigadores de Ingeniería Agroindustrial en Chillán.
En relación a las características del doctorado, dijo que es fundamental que el programa de estudios debe tener como base la interdisciplinariedad y una formación amplia. “El problema no es tener un capital humano sumamente especializado en energía, lo que importa es que los profesionales tengan una cultura general desde el punto de la energía”.
Por otro lado, señaló que más que definir áreas tópicos específicos de energía para el programa, lo fundamental es entregar un método sólido que permita a los profesionales cualquiera sean las nuevas situaciones que se vayan presentando a futuro. “Más que darles una solución prefabricada hay que dotarlos de herramientas que les sirvan para aprender y resolver problemas”.
Su visita sirvió también para gestionar junto al director de Relaciones Institucionales e Internacionales, Iván Araya, un acuerdo amplio de colaboración entre ambas universidades, documento que ya fue firmado por el rector Sergio Lavanchy y que deberá ser refrendado por la máxima autoridad de su institución.
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