Estación de Biología Marina, compromiso con las ciencias del mar
La historia de la investigación en ciencias del mar en la Universidad de Concepción tiene un antes y un después en la puesta en funcionamiento de la Estación de Biología Marina de Dichato.
Con el orgullo de ser hoy un referente nacional e internacional en el área, el departamento de Oceanografía celebró el trigésimo aniversario de la Estación que nació en 1978 para apoyar las actividades experimentales de la carrera de Biología Marina, complementando el avance que significó para la especialidad la construcción, 6 años antes, de la primera embarcación para estudios costeros, la lancha científica Lund.
Los vicerrectores Ernesto Figueroa y Alberto Larraín encabezaron el acto con que la comunidad académica del departamento de Oceanografía conmemoró el aniversario, en el que también se hicieron parte administrativos y personal de apoyo, así como representantes de la Subsecretaría de Pesca, de la gobernación marítima, de CORFO, Conama y de organizaciones locales.
Para el director del departamento de Oceanografía, Marcos Salamanca, el funcionamiento continuado de la Estación por 30 años, constituye un honor que pocas instituciones académicas pueden mostrar y es reflejo del compromiso permanente de la Universidad con las ciencias del mar.
“Llegamos a este aniversario con el convencimiento de que esta casa de estudios superiores ha contribuido significativamente al desarrollo de la vocación marítima de nuestro país, toda vez que muchos de nuestros egresados se desempeñan de Arica a Punta Arenas en diferentes instituciones ligadas al mar, aportando todas sus capacidades y conocimientos, muchos de los cuales se generaron en esta estación”, dijo.
Esta celebración, a juicio de Salamanca, envuelve un renovado compromiso de la unidad académica en la formación de biólogos marinos y oceanógrafos que contribuyan a consolidar y generar nuevos avances en el área; así como en el desarrollo sustentable de los recursos del marinos, la preservación de la calidad de los cuerpos costeros de agua en la región y el país “poniendo a disposición de quien lo requiera toda nuestra, y en la entrega de conocimientos y capacidades para la superación de los problemas de manejo de recursos y cognitiva y material para ayudar a resolver problemas de manejo de recursos y espacios comunes”.
Reconocimientos
La ceremonia reservó un momento especial para distinguir a aquéllos académicos que con su entrega, convencimiento y entusiasmo protagonizaron momentos importantes en la consolidación de las ciencias del mar en el país: Lisandro Chuecas, pionero de las investigaciones en el área de oceanografía química dirigió el primer estudio sobre contaminación costera de la región; Marco Antonio Retamal, cuyos estudios sobre los decápodos se han convertido en una importante contribución a la docencia; José Stuardo, impulsor de la creación de la facultad de Ciencias Naturales y Oceanografías, el departamento de Oceanografía y del doctorado en la disciplina; y Víctor Ariel Gallardo (quien se encontraba fuera del país), promotor de innumerables convenios de colaboración con instituciones europeas y norteamericanas que han permitido fortalecer la formación y la investigación.
También se distinguió a 4 biólogos marinos, formados en nuestras aulas, que han destacado en los sectores público y privado, el ámbito gremial y empresarial.
Las distinciones se otorgaron a Francisco Ponce, jefe de la división Administración Pesquera de la Subsecretaría de Pesca; Andrés Caamaño, gerente Corporativo de Medio Ambiente, Seguridad y Salud Ocupacional de Arauco; Ivonne Etchepare, gerente de la Asociación de Productores se Ostras y Ostiones de Chile A.G., y Carlos Merino, ex rector de la Universidad Arturo Prat.
Un campus costero
En su intervención, el decano de la facultad de Ciencias Naturales y Oceanográficas, Franklin Carrasco, señaló que ya en los años 50 existía interés por contar con una estación de biología marina.
El tema había preocupado al entonces director del Instituto de Biología, Ottmar Wilhelm, y encontraron eco en el experto de Unesco, André Hulot, quien llegó a la casa de estudios en 1956 para ejecutar el proyecto de desarrollo de Ciencias del Mar financiado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.
Fue Hulot quien logró una concesión marítima en Caleta Leandro, donde en 1961 se implementó la primera estación.
Pero más tarde la Armada reclamó el espacio, ofreciendo en compensación otro sitio que sirviera a los intereses de la casa de estudios.
Después de recorrer diversas localidades, se eligió el sitio en que hoy se emplaza la Estación, en Caleta Villarrica, y que ha sido soporte y testigo del notable avance registrado por la disciplina hasta hoy.
Las actividades lectivas en la Estación –recordó el decano- se iniciaron el 6 de marzo e 1979, constituyendo a Dichato en “el campus costero” de la Universidad de Concepción.
Este “campus” funcionó hasta 1982, fecha en que el entonces departamento de Biología Marina y Oceanografía (precursor del departamento de Oceanografía), retorna a Concepción. Aunque la actividad en la estación decae, a lo largo de esa década y comienzos de la siguiente realizaron una serie de cursos nacionales e internacionales, concretándose además una serie de acuerdos de cooperación.
Para el decano el punto de inflexión en el desarrollo de la Estación se produce a fines de los 90 con el convenio Universidad de Concepción-Woods Hole y Fundación Andes, que permitió la construcción en la Estación del Laboratorio de Oceanografía Química y Biogeoquímica (que se sumó a otros 7 ya existentes) actividades de investigación, la puesta en marcha de los cursos internacionales del Instituto Austral de Verano (que en 2009 cumple su novena versión), entre muchas otras acciones que han fortalecido la formación de avanzada y la investigación, sentado las bases para iniciativas tan importantes como el Centro Copas.
“Estimamos que la decisión de instalar la Estación de Biología Marina en esta localidad ha sido la correcta: desde aquí se tiene fácil acceso al océano, está rodeada de actividades no contaminantes, hay acceso a público que está deseoso de conocimientos acerca de nuestro mar, cada vez está más cerca de Concepción y tiene un potencial aún no explotado plenamente, pero que estamos ciertos aprovecharemos más eficazmente en las décadas que vienen”, señaló el decano.
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