Premio Atenea 2008 para libro de Germán Marín
Uno de los aspectos destacados de la novela es la buena recepción que ha tenido de parte de la crítica, dijo el director de Publicaciones.
Con Basuras de Shangai, el destacado autor nacional Germán Marín obtuvo el Premio Atenea 2008, que fue deliberado durante el día de ayer por el jurado compuesto por el académico de la Universidad de Chile Cedomil Goic; el poeta Manuel Silva Acevedo; la directora de Extensión de nuestra casa de estudios, María Nieves Alonso; el director de Publicaciones, Mario Rodríguez, y presidido por el rector Sergio Lavanchy.
Luego de un arduo trabajo que comenzó con una reunión con la comisión de seguimiento compuesta por los académicos Dieter Oelker y Gilberto Triviños, el jurado acordó reconocer esta obra publicada en 2007 bajo el sello Mondadori, por su calidad y “extraordinaria originalidad”.
Fueron 87 los libros presentados a este concurso que otorga desde 1929 la Universidad de Concepción. Para el rector Lavanchy, tanto el número de postulantes como los diversos géneros presentes hizo muy compleja la labor del jurado. A su juicio este es uno de los premios literarios más importantes a nivel nacional, lo que se ratifica con el reconocimiento a esta obra de gran calidad.
Este libro de Germán Marín (1934) ya desde su nombre utiliza como metáfora una de las prácticas de castigo en la antigua Escuela Militar, donde los cadetes réprobos tenían la orden de recoger y guardar en sus bolsillos los cientos de papeles y desperdicios de unos de los patios castrense.
En Basuras de Shangai el autor, perteneciente a la misma generación de Jorge Edwards y José Miguel Varas, desarrolla un ejercicio de estilo con los residuos de la memoria.
Cedomil Goic señala que con este libro Marín apunta a aspectos utilizados por el autor en diversas ocasiones anteriores, referidos a ejercicios de aseo o limpieza. Al trabajar con fracciones de memorias, le confiere a Basuras de Shangai un carácter fragmentario con una perspectiva extraordinariamente construida. Ese carácter fragmentario, señala Goic, se va uniendo a través de momentos meta narrativos, vía azarosa e improvisada que le confiere gran originalidad a la obra.
A juicio del crítico y académico, este libro reconoce aspectos de textos anteriores de Marín pero, al mismo tiempo, ofrece miradas más novedosas.
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