Clarita Müller-Plantenberg, doctora en Sociología y docente de la Universidad de Kassel, definió y ejemplificó los variados beneficios que significa proyectar en una sociedad la Economía Solidaria, desde el prisma del desarrollo sustentable, social y ambiental.
En su charla enfatizó de manera crítica la exclusión de países, producto de la actual política económica neoliberal, que ha obligado a Venezuela, Argentina y especialmente Brasil, a establecer economías comunitarias e incluso de cooperación que gobiernos, movimientos sociales, iglesias, universidades y sindicatos tratan de mantener.
Según la doctora Müller-Plantenberg, dentro de las características que definen una Economía Solidaria está su autogestión, es decir, personas que se organizan por ellos mismos, participan en el proceso de toma de decisiones y se encargan de su propia economía para la formación empresarial; cooperación, desde dentro de un grupo hacia afuera orientada al bien común; y una economía-ecológica que “no busca ser solidaria sólo en un grupo, sino que además con la vida, la naturaleza, hasta con las futuras generaciones”, indicó.
“Vincularse en economías locales da seguridad. Hay que construir solidaridad garantizada. Para mí, en Chile el capitalismo no es capaz de absorber la gente y de cuidar la naturaleza; además forma aglutinación en cierto punto y emigraciones en otros. Hay que buscar cuáles son los potenciales endógenos, naturales, de conocimiento y cuáles serían los posibles aliados interesados”, agregó.
El conjunto de charlas que integraron el seminario El futuro es posible para todos: internacionalización de impactos sociales y ecológicos de la economía y prevención social”, se insertaron en el marco del convenio de cooperación entre la Universidad de Concepción y la Universidad de Kassel, de Alemania.