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  Nº 629 miércoles 20 de agosto de 2008

 

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•PERSONAJE

Artista de múltiples facetas

Parte de la obra realizada por el académico del departamento de Artes Plásticas, Claudio Romo, es posible visitarla en www.atanasio.deviantart.com

Destacado grabador, dueño de un imaginario plástico referencial en Concepción, y actualmente dedicado al área editorial con la ilustración de libros tanto en Chile como en el extranjero, Claudio Romo tuvo claro, desde niño, que lo suyo era estudiar Artes Plásticas.

“Siempre me interesó dibujar, crear imágenes. Fui dibujante desde niño. Sabía que tenía que estudiar una carrera que estuviera relacionada con el dibujo, por eso entré a Pedagogía en Artes Plásticas de la Universidad de Concepción”.

En los talleres de la carrera conoció la especialidad de grabado que era lo más cercano a su línea de trabajo. Con el grabado se le abrían las posibilidades de crear imágenes desde su voluntad. De ahí que lo tomó como línea de trabajo, como herramienta de expresión.

Litografía, xilografía y aguafuerte era lo que más le atraía. Y esas disciplinas las fue aplicando a un imaginario muy propio y bizarro.

-¿Cuáles son sus referentes más fuertes en la definición de su imaginario?

-La cultura popular. El dibujo de la cultura de masas, el cómic o los libros ilustrados. El grabado nace con la cultura popular y me interesó porque era una buena forma de narrar dibujando. Ahora miro para atrás y veo que siempre, aunque no fuera de forma consciente, mis imágenes en grabado hablaban, describían situaciones.

-También tiene acercamientos a la literatura y a la lira popular.

-En esa época, de la literatura que caía en mis manos, generaba series en grabado. Ahí están las series de El Golem, El niño que enloqueció de amor, Crónica de los hechos portentosos, que se relaciona con la estética de la xilografía de cordel, o La murga de la diablería, que hice con mi señora, Bárbara Bravo. Incluso tengo una serie pequeñita sobre personajes de La guerra del fin del mundo.

-Mucho Borges...

-Sí, Borges está lleno de imágenes. Leía para nutrirme. No era tan sólo las imágenes que componían los textos, sino la estrategia de trabajo que generaba Borges en torno a la invención de libros, documentos, territorios, como Tlon Urbis Tertius, o El informe Brodie, que con posterioridad nutrieron trabajos como Topotesia.

-Así nace su acercamiento editorial con El mono manco, donde hace libros editados a mano, libros de artista.

-Ediciones de 9 ó 10 ejemplares máximo, como La murga de la diablería, Crónica de los hechos portentosos, El Golem (libro de aguafuerte sobre un poema de Borges), El libro de las situaciones inverosímiles (con Frommer y Campana, editado en el taller TAV, en Santiago), y en México hice Láminas de anatomía apócrifa, serie de la que edité el libro Crónicas de antropofagia mexicana.

-Y ¿cómo llega a las casas editoriales?

-Estando en México, mientras realizaba mi Maestría en Artes Visuales, me dieron trabajo en el Fondo de Cultura como ilustrador de literatura infantil y juvenil. Ahí se me abrió un campo nuevo. La edición industrial de libros es interesante porque te puedes abocar exclusivamente al diseño e ilustración de las imágenes, dejando en manos de otros profesionales la producción material del libro. Además, el uso de sistemas industriales de impresión, abarata los costos, llegando así a un mayor volumen de público. Cuando regresé a Chile empecé a trabajar con Zigzag, con Norma y ya proyectos más grandes en LOM.

-Eso permite llegar a más gente pero entregando contenidos. El último de sus libros, El álbum de la flora imprudente, tiene esa mezcla y, además, es completamente propio.

-Ese libro es de 2007, el primero que escribo y dibujo. Luego de él comencé otros proyectos trabajando con guionistas, haciendo experimentos que relacionaran gráfica y narración, utilizando el libro como modelo de exploración. Se llama Fragmentos de una biblioteca trasparente, y en él trabajo con Alexis Figueroa. Se trata de un libro generado desde textos e imágenes de fragmentos de libros ficticios.

-Y ¿cómo fue eso de trabajar en juegos de consola?

-En el taller D+ tenían una motor de juego que permite crear territorios 3D, y me invitaron a trabajar con ellos. Ahí diseñamos el proyecto Mi nombre es legión, con un coloso en el cual los jugadores podían ingresar y cada órgano era una especie de territorio-escenario.

-¿Qué es lo último?

-Junto a Alexis Figueroa y Bárbara bravo nos adjudicamos un Fondart de artes integradas donde estamos diseñando un proyecto de ciencia ficción, integrando literatura, escultura y cómic. El proyecto considera una exposición para el próximo año y un libro.

Ximena Cortés O.

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