Exitosa participación de TIGO en mediciones e-VLBI
Desde hace 3 años, el JIVE se encuentra desarrollando un proyecto que busca establecer una mayor conectividad entre radiotelescopios que trabajan con Interferometría de Base Muy Larga (VLBI) situados en el viejo continente y otras partes del mundo. Entre ellos se cuenta el radiotelescopio del Observatorio TIGO, único representante de JIVE en América del Sur, y parte de un interferómetro global.
La Interferometría de Base Muy Larga es el método más preciso para determinar distancias y rotación de la tierra (en geodesia) y para captar las imágenes de fondo de radio en el universo (en astronomía). La mejor resolución para estas aplicaciones se obtiene combinando al menos dos radiotelescopios, que dirigen simultáneamente hacia el mismo punto de observación en el cielo, convirtiéndose así en un equipo de mayores dimensiones.
Mientras mayor sea la distancia mejor será la resolución, pero también serán mayores las dificultades para procesar de manera inmediata los datos de las observaciones. Hasta ahora, las estaciones graban los datos de sus observaciones y la envían vía aérea hacia unos centros de computación llamados correladores, que se encuentran en Europa, Estados Unidos, Japón y Australia.
Con la coordinación de los radiotelescopios, el proyecto EXPReS busca crear un “superinstrumento”, para realizar observaciones y procesamiento de datos en tiempo real (apoyado en redes de comunicación para investigación y educación), que se ha denominado Electronic VLBI.
TIGO fue parte de una demostración de e-VLBI durante la primera quincena de mayo.
El ingeniero civil, estudiante de doctorado e investigador de TIGO, Sergio Sobarzo realizó las primeras mediciones interferométricas en tiempo real del Observatorio. Los radiotelescopios de TIGO, de 6 metros, y el de 300 metros de Arecibo, Puerto Rico, observaron simultáneamente los mismos quásares transmitiendo los datos, vía internet, al supercomputador del JIVE en Dwingeloo (Holanda). La prueba se efectuó tras dos años de trabajo conjunto de la Red Universitaria Nacional (Reuna), RedClara, Geant, SurNet y JIVE.
La transmisión de datos comenzó a una velocidad de 32 megabit/segundo hasta llegar a 64. En este punto, el correlador encontró las franjas de información en que apareció la señal del quásar observado.
El éxito de la demostración abre las puertas para la realización de operaciones en tiempo real, que permitiría mejorar los sistemas de monitoreo de la tierra en caso de catástrofes cósmicas o terrestres, señaló el director de TIGO, Hayo Hase.
El ingeniero de la BKG explica que esta primera demostración representó un importante desafío para salvar la distancia con Europa. “Los datos tuvieron que cruzar varios países con una infraestructura de comunicación destinada a apoyar y facilitar la colaboración en investigación y educación”.
Para hacer ciencia en base a esta infraestructura, agrega, es fundamental aumentar el ancho de banda, para llegar idealmente a 1Gps, que –dijo- es el mínimo entre los radiotelescopios de Europa. En estos países, la estrategia de los gobiernos es proveer una infraestructura habilitante para el desarrollo de la ciencia y la tecnología como bases del crecimiento.
Hase manifestó que el liderazgo que ha alcanzado TIGO en este nuevo método de observación puede perderse porque, siendo el observatorio una institución sin fines de lucro, no cuenta con un financiamiento no existen las condiciones para adecuar la infraestructura de internet para la investigación como lo Europa o Brasil. En este último país –señala- el gobierno está financiado el salto de 1 a 2.5 Gbps en las universidades más importantes, incluyendo el observatorio de Fortaleza, cubriendo además los costos para la conectividad internacional. “La política en Chile deja este desarrollo al mercado, que determina su avance”, puntualizó.
Un súper radiotelescospio
La prueba fue la antesala para una demostración más ambiciosa, de observación y transmisión de datos en tiempo real, en la que participaron miembros del proyecto EXPReS de África, Europa, Norteamérica y América del Sur.
El 23 de mayo, los radiotelescopios de Arecibo, Effelsberg (Alemania), Hartebeesthoek (Sudáfrica) y TIGO fueron agregados a la Red Europea de VLBI (EVN), trabajando en conjunto en tiempo real en la medición de una fuente de radiación (clasificada como 3C454.3) y otros objetivos.
En la medición estuvieron acompañados por otros integrantes regulares de EVN: Medici en Italia, Onsala en Suecia y Westerbork en Holanda. Ésta ha sido una de las mayores observaciones de interferometría de base muy larga: la combinación de los equipos equivale a contar con un radiotelescopio de casi 11 mil kilómetros.
El director de JIVE, Huib Jan van Langevelde, calificó la prueba como un hito en el desarrollo de e VLBI. “Este resultado es muy significativo en el avance de la radioastronomía. No sólo muestra que los telescopios del futuro pueden ser desarrollados en colaboración a lo largo de todo el mundo; sino que también pueden ser operados como un verdadero instrumento global”, señaló.
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