Investigación revela responsabilidad humana
en acumulación de nitrógeno en el océano
Un grupo internacional de científicos, que incluye al académico del departamento de Oceanografía e investigador del Centro Copas Osvaldo Ulloa, encontró que la actividad humana ha afectado de tal manera el ciclo global del nitrógeno, que hoy un 80% del nitrógeno atmosférico reactivo que se deposita sobre la superficie de los grandes océanos es de origen antropogénico.
Según los autores del estudio publicado por Science el 16 de mayo, en la era preindustrial la principal entrada al océano abierto de este compuesto -un nutriente esencial para los ecosistemas terrestres y marinos- era la fijación de nitrógeno molecular atmosférico por procesos que realizan en forma natural un restringido grupo de microorganismos, como las cianobacterias en el mar.
En la actualidad, debido a la quema de combustible fósil y, sobre todo, a la producción de fertilizantes, el nitrógeno reactivo en la atmósfera en forma de compuestos orgánicos e inorgánicos ha aumentado más de cuatro veces en los últimos 60 años. Especial incidencia en este aumento tiene la producción masiva de fertilizantes a partir de 1950.
El nitrógeno reactivo o fijado es transportado por los vientos a grandes distancias y se deposita sobre la superficie de los océanos constituyéndose en una entrada importante de nitrógeno al ecosistema oceánico. Este cambio de carácter global tiene potenciales implicancias climáticas a través del consumo y producción de gases invernadero, como el dióxido de carbono y el óxido nitroso.
Actualmente la fijación anual de nitrógeno molecular atmosférico que proviene de procesos químicos asociados a la actividad industrial, principalmente para la producción de fertilizantes agrícolas, es mayor a la que realizan los microorganismos terrestres y marinos a escala global.
El estudio en Science también predice que, considerando la creciente demanda por combustibles y fertilizantes, el nitrógeno atmosférico antropogénico seguirá aumentando y que para 2030 su depósito en el océano abierto será tan importante como la fijación biológica de nitrógeno que realizan los microorganismos.
“Ya sabíamos que con el uso masivo de fertilizantes en la agricultura y el posterior escurrimiento del nitrógeno antropogénico y otros desechos domésticos hacia el mar, a través de los ríos y aguas subterráneas, estamos afectando significativamente el ecosistema marino costero, causando por ejemplo el florecimiento masivo de microalgas”, señaló el doctor Osvaldo Ulloa. Ahora, agregó, los efectos alcanzan al océano abierto, a través del nitrógeno reactivo de origen antropogénico que se transporta por la atmósfera y se deposita en zonas oceánicas alejadas de los continentes. “El impacto dejó de ser local para trasformarse en planetario”, puntualizó.
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