Inaugurada Unidad de screening de compuestos neuroactivos

El laboratorio tiene entre sus objetivos aislar e identificar moléculas activas y caracterizarlas a nivel celular y molecular.

El descubrimiento de productos biológicamente activos se inició junto a los viajes de exploradores a América. Los compuestos hallados, de enorme interés, han generado desde entonces enormes ganancias sumadas al desarrollo de la industria farmacéutica mundial. Ejemplo de estos compuestos han sido anestésicos locales, que partieron de la cocaína y paralizantes neuromusculares, desarrollados a partir del curare.

“Como nuevos exploradores queremos encontrar nuevos productos activos que estén en la vegetación autóctona del país. Con ese énfasis hemos desarrollado una capacidad química farmacológica para descubrir nuevos compuestos activos”, indicó Luis Aguayo, director de la Unidad de screening de compuestos neuroactivos, ubicada en la facultad de Ciencias Biológicas.

La Unidad, indicó Aguayo, es fruto del trabajo interdisciplinario de investigadores -varios de ellos jóvenes-, de dos facultades, la mencionada y la de Ciencias Naturales y Oceanográficas, a través del laboratorio de los académicos Mario Silva y José Becerra.

Para montar el laboratorio la unidad obtuvo $205 millones otorgados por el concurso de dotación de equipamiento de Innova Bío Bío, lo que se suma a la inversión de $206 millones entregados por la Universidad.

En la inauguración del laboratorio, Andrés Viveros, director de la Agencia Regional de Innovación y Desarrollo Productivo, indicó que “si queremos investigación de alta calidad, los equipamientos deben estar a ese nivel”. Indicó, además, que con esta Unidad se espera que la Región aumente su presencia en las áreas de ciencia y de biomedicina, constituyéndose en motor de desarrollo de la zona y del país.

El decano de la facultad de Ciencias Biológicas, Nelson Carvajal, señaló que la puesta en marcha del laboratorio es reflejo del espíritu innovador de los académicos que participan en el proyecto.

Hasta ahora el equipo de investigación ha encontrado dos compuestos de impacto. El primero es un tranquilizante para ser utilizado en el área de la medicina veterinaria, que en combinación con otro genera un efecto terapéutico muy interesante y novedoso. El otro les permitió descubrir “la neurotoxina terrestre más potente del país”, señaló Aguayo. Ésta es una toxina, originada en un árbol, que en mínimas concentraciones puede ser letal. “Creemos que puede ser potencialmente de mucho uso para insecticidas naturales”, indicó.

Además, en su línea más reciente de trabajo, han descubierto neuroprotectores cerebrales que pudiesen tener una aplicación preventiva de enfermedades neurodegenerativas.

En la inauguración participaron las máximas autoridades universitarias, quienes visitaron las instalaciones y conocieron las aplicaciones del trabajo que desarrollará la Unidad.

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