Universidad pone a disposición sus capacidades
para colaborar en Chaitén
El objetivo es contribuir, a través de las fortalezas y capacidades de los investigadores de nuestra casa de estudios, en los aspectos claves de la vulnerabilidad y resiliencia del territorio continental y costero de la región de Los Lagos tras la erupción del volcán Chaitén.
Un equipo de académicos de diversas áreas de estudios se reunió en la sala de conferencias de EmpreUdeC, para responder al llamado que el rector Sergio Lavanchy realizó con la idea de entregar al ministro en campaña, José Goñi, cooperación para enfrentar en un corto, mediano y largo plazo, la crisis que desató la violenta erupción del volcán Chaitén, en la X Región.
Estudios del académico de la facultad de Ciencias Químicas, Leopoldo López, entregaron antecedentes de la actividad volcánica de la zona y, en particular, del volcán Chaitén el que cuenta con singularidades dentro de sus vecinos “es extraordinariamente diferente a todos los otros volcanes que pertenecen a la provincia sur de la Zona Volcánica Sur, puesto que las lavas del domo tienen un contenido extremadamente elevado de sílice (74.44%), demás de elevados índices de Potasio, Uranio y Torio” explicó López a los investigadores.
La idea gira en torno a dos objetivos específicos. El primero es realizar un análisis crítico de las políticas de desarrollo del territorio interior y costero, y desarrollar modelos de gestión para las áreas claves del territorio afectado por el desastre, tanto en su parte continental como a lo largo de la costa.
El segundo gira entorno a entender los efectos ambientales (naturales, económicos, sociales y ecológicos) de la erupción y colaborar en la construcción de capacidades de las agencias de gobierno, de la sociedad civil y de las comunidades locales, de modo de apoyar la elaboración de planes de desarrollo del territorio con visión holística e integrada y que incorporen las preocupaciones de la sostenibilidad del ambiente.
En el corto plazo, este monitoreo se transforma en una pieza clave para entender el daño ambiental causado y priorizar las medidas para su recuperación.
Los aportes que realizarán los especialistas se dividen en tres etapas. La primera es una evaluación inmediata de los impactos de la erupción del Chaitén. Entre otros aspectos, esta etapa debería entregar una visión a gran escala sobre los impactos en las comunidades humanas y los ambientes naturales continentales y costeros. La segunda etapa contempla el entendimiento de la resiliencia de los sistemas socio-ecológicos, a la luz de la catástrofe humana y ecológica y desarrollo de estrategias para maximizarla. Una evaluación de los cambios, disponibilidad e implementación de enfoques para la gestión del territorio y, luego, la entrega de propuestas de cambios en los planes y políticas para los lugares afectados por la erupción.
En la tercera etapa se prevé la incorporación de las consideraciones medioambientales en las intervenciones sectoriales, además de garantizar que los asuntos de sustentabilidad del medio ambiente se aborden en todas las acciones sobre los medios de subsistencia.
La acción de los científicos, coordinada por la dirección de Investigación, está divida en las áreas de volcanología y sismología, teledetección, suelos, veterinaria, aspectos ambientales, sistema de Fiordos y dimensiones socioantropológicas.
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