El panorama energético mundial no se ve bien. Si se habla sólo de consumo, el crecimiento medio anual ha sido del 2,3%. Es decir, una persona usa 16 veces más energía que aquella consumida en la alimentación.

Por su parte, la OPEP (Organización de Países Exportadores del Petróleo) ha anunciado que en el año 2020 su producción no alcanzará a cubrir la demanda mundial. Y si a esto se agrega además que la energía es el origen del 80% de las emisiones de dióxido de carbono y el 35% de las de metano, es evidente que no sólo se está gastando demás sino que también se deteriora el medio ambiente y se contribuye al ya preocupante calentamiento global.

Las cifras parecieran indicar que se avanza por un camino sin retorno. Sin embargo, numerosos investigadores han señalado que nuestro país aún tiene posibilidades de frenar una inminente crisis de energía. El hecho de que actualmente sólo se utilice el 20% del potencial hidroeléctrico es el mejor ejemplo de que se puede aumentar la matriz energética y al mismo tiempo acceder a mecanismos de desarrollo limpio que incentiven la inversión.

El camino señalado tiene dos vías, una es aprovechar las energías renovables y otra crear una cultura de eficiencia energética.

El escenario actual de Chile con elementos tan determinantes como la presencia del fenómeno La Niña, que implica que hay un año seco, que se sitúa dentro de los más intensos de los últimos cien años; el precio del barril de petróleo que alcanzó una nueva cima superior a los 100 dólares, y las limitaciones del gas natural proveniente de Argentina, muestran un panorama un tanto desalentador.

En este contexto el país entero debe asumir la necesidad de ahorrar energía y en nuestra Universidad es imperativo crear una conciencia que haga a cada uno de los integrantes de la comunidad universitaria se haga cargo, se responsabilice de llevar a cabo las acciones propuestas para los campus y el hogar.

En ese sentido, la Dirección de Servicios ha preparado un documento con medidas esenciales que se encuentra disponible en www.udec.cl/ahorroenergia y que deben ser aplicadas por académicos, administrativos y estudiantes para colaborar en este desafío que compromete a todos y cada uno de los integrantes de esta comunidad.

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