Galo Gómez Oyarzún

“Una Universidad abierta a la región y al país, comprometida críticamente con el pueblo y que ofrece el fruto de sus actividades múltiples a la gran tarea de cumplir con el programa de los trabajadores: he aquí la empresa insoslayable que debe concitar el trabajo de la comunidad universitaria toda”, con estas palabras el académico Galo Gómez Oyarzún culminaba en 1971 su trabajo La Universidad en el cambio social, publicado en un apartado de la revista Paideia nº 11, uno de sus tantos escritos críticos donde demuestra su gran interés por el cambio social y la reforma universitaria.

Ex vicerrector de la Universidad, ex presidente del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), secretario general de las Escuelas de Temporada y Encuentros de Escritores de nuestra casa de estudios en 1958 y ex regidor por Concepción, Galo Gómez murió en México el pasado 21 de febrero.

Hombre querido y recordado por su lealtad, su interés por la academia y por los aspectos referidos a una educación de calidad, la seriedad de sus planteamientos, su consecuencia y gran vocación política, y su gran compromiso con el Partido Socialista al que pertenecía, Galo Gómez vivió su exilio en México impartiendo docencia en una universidad jesuita. En contadas oportunidades regresó a nuestra casa de estudios para dictar conferencias y seminarios, además de recibir –en septiembre de 1990- el grado de Profesor Emérito de la, en ese entonces, facultad de Educación, Humanidades y Arte a la que perteneció hasta 1973.

Su condición de líder fue conocida desde sus inicios universitarios como presidente de la Federación de Estudiantes de nuestra casa de estudios, desde donde se posicionó como una figura muy destacada, al igual que dentro del Partido Socialista. Además, siendo alumno de la Universidad se costeaba sus estudios como inspector en el Liceo Enrique Molina.

Su gran interés en el cambio social como motor de la reforma universitaria hizo que muchas de sus ideas quedaran plasmadas en la Reforma de nuestra casa de estudios y el claustro de 1960. Su interés en el tema gremial se tradujo además en su participación en la Asociación del Personal Docente y Administrativo.

En lo académico tuvo dos cátedras, fue secretario académico de la Facultad y, luego de la Reforma Universitaria, elegido Vicerrector, cargo donde lo encontró el golpe militar. Tanto en nuestra casa de estudios como más tarde en México, Gómez defendió una visión del problema de la educación como algo a abordar de manera global.

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