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  Nº 618 viernes 7 de marzo de 2008

 

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•DOCUMENTACIÓN Y MEMORIA

El papel de la mujer en la historia

Durante siglos se consideró que el varón era superior a la mujer. La mujer no parecía tener valor por sí misma, sino como complemento del varón y su única misión era servirle, y sus trabajos eran considerados como subalternos.

Estos modelos de complementariedad hoy están superados, pues todas las razones seudocientíficas en las que se apoyaban están desmentidas por las evidencias de la ciencia; teniendo cada persona (varón o mujer) capacidad para ejercitar todas sus virtudes, éstas cristalizan de un modo diferente en el hombre y en la mujer.

Desde el punto de vista biológico se explica que las diferencias sexuales no son aplicables a los caracteres sociales del hombre y de la mujer, sino que son simples construcciones arbitrarias. Generalmente la sociedad no institucionaliza una sola pauta caracterológica, sino que se asignan rasgos aislados para diferentes clases, sectas, edades, etc.

Al separar la construcción biológica de los roles sexuales es importante retroceder a la historia. es muy probable que en la prehistoria las mujeres le pidieran a la madre naturaleza alimento y protección de los fenómenos naturales que hacían muy difícil su supervivencia.

En la actualidad tenemos información de que habrían sido los varones los que pedían ayuda a un dios masculino para que les facilitara la caza de animales y así poder alimentar a su mujer y a los hijos. Pero este hecho es absolutamente imposible porque los varones, al igual que los machos primates, no se preocupaban de alimentar a sus hijos. esta adjudicación errónea ha estado condicionada por una información escrita, hasta hace poco, por historiadores varones, quienes han atribuido “al varón” todos los hechos culturales.

Numerosas investigaciones demuestran que los roles sexuales sólo están condicionados por factores culturales a los que una sociedad está sometida. es por eso que debemos revertir esta situación y afirmar vehemente que el cambio en la configuración de los roles sexuales es necesario, debido tanto al sufrimiento y desgaste síquico que produce, como la infrautilización de la potencialidad de hombres y mujeres, ya que es importante evitar la diferenciación hombre/mujer y entender que estos dos géneros son complementarios.

Los cambios sociales en las últimas décadas han traído como consecuencia un profundo cambio en el rol de mujer.

Como consecuencia, la mujer ha agregado a ser madre tener un trabajo, una profesión y, desarrolla en general, las mismas actividades que antes estaban sólo en mano del hombre.

Es obvio que para la mujer esto ha significado un incremento en sus actividades, pero al mismo tiempo le ha permitido comprobar que no somos diferentes al hombre y que todo lo que se ha escrito en épocas anteriores tiene otro origen.

Comprender que hombre y mujer se complementan uno a otro es crucial para superar la dicotomía de mujer trabajadora y madre.

El trabajo le ha abierto a la mujer nuevas oportunidades y ha contribuido a su desarrollo integral como persona. Desde el punto de vista genético, la mujer “siempre” ha tenido la capacidad de hacer todo lo que está haciendo en el momento actual. fue el medioambiente que la rodeó por muchos siglos, lo que no le permitió desarrollar estas capacidades.

Por lo expuesto, sería muy importante que la mujer y el hombre valoraran la dedicación a la atención del hogar como una misión alternativa igualmente válida, encontrando una ecuación de equilibrio.

La incorporación de la mujer al mundo laboral ha destruido la rígida asignación de roles; para concretar este nuevo enfoque, los hombres deben asumir igualmente las labores domésticas.

La corresponsabilidad del hombre con la mujer en la familia es absolutamente necesaria para la creación de estructuras sociales más justas que permitan la participación de la mujer en muchos campos de la cultura humana y de la organización social.

Eugenia Reyes Toledo
Presidenta de la Sociedad de Académicas y Profesionales

 

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