Especialistas comparten experiencia
en metodologías activas de aprendizaje

Tres talleres y un seminario impartieron los académicos del Tecnológico de Monterrey, Angeles Domínguez y Genaro Zavala, para profesores de Matemática y Ciencias de las universidades de Concepción y del Bío Bío. Los especialistas compartieron su experiencia en el uso de metodologías activas de aprendizaje en matemática y física, invitados por el proyecto Meceup Diseño de Planes de Nivelación en Ciencias Básicas para el Primer Año de Ingeniería Civil, en que participan ambas casas de estudio, bajo la dirección del profesor Eduardo Salazar.

A juicio de la académica, especialista en matemática, el mayor inconveniente de los jóvenes en este ramo «es que cuando ven un problema no saben qué hacer». Más que darles fórmulas, explica, la formación busca ayudarlos a ser más analíticos y darles herramientas para puedan usar la matemática en la solución de problemas.

En física, área de trabajo de Zavala, la dificultad está en que ”el estudiante tiene mucha experiencia en su vida cotidiana que influye en sus conocimientos previos que no necesariamente coinciden con los razonamientos científicos». Son concepciones “alternativas”, en las que –señala el docente- hay que «reacomodar algunas ideas». Reafirmando esta postura, Domínguez habla de una reconstrucción en los alumnos que en el caso de su área alcanza al currículo en su orden y contenido, distinto al tradicional.

Las propuestas para mejorar la formación son varias y la base de la estrategia general es el aprendizaje centrado en el estudiante con modelos que le dan la oportunidad de apropiarse del conocimiento y donde el profesor es un guía.

Una forma de trabajo que se usa en el Tecnológico de Monterrey es el Model Eliciting Activities (MEA), actividades evocadoras del pensamiento, que ponen al estudiante ante una situación que aborda con los elementos de que dispone para llegar a respuesta, desde sus propias aproximaciones y en las que no hay una sola respuesta posible. El problema se trabaja de manera colaborativa, en grupos que, al final de la discusión, comparten sus propuestas en una presentación. Al término de la clase se retoman los elementos vertidos en las presentaciones para «formalizar» las ideas, ordenarlas para realizar la reconstrucción de conceptos que interesa que los estudiantes dominen.

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