Día Mundial de la Filosofía
Un reconocimiento a la dignidad de la disciplina
La mesa redonda Pensar en el lenguaje buscó hacer posible el diálogo de la filosofía con otras disciplinas, relacionándose con una de las transformaciones más relevantes del pensamiento contemporáneo: el llamado giro lingüístico, que marca la orientación de parte importante de la filosofía contemporánea hacia el problema del lenguaje.
El día mundial de la Filosofía fue proclamado por la Conferencia General de la Unesco en su trigésima tercera sesión de octubre de 2005, fijándose el tercer jueves del mes de noviembre de cada año para su cumplimiento.
Con el objetivo de dar a conocer algunas líneas contemporáneas de investigación y abordar las relaciones entre lenguaje y filosofía, además de saludar el día mundial de la especialidad –cuya celebración oficial oficial tendrá lugar hoy y mañana en Estambul, Turquía, con el tema El diálogo: ¿entre quiénes y sobre qué?-, el departamento de Filosofía de la Universidad organizó dos mesas redondas bajo el nombre de Pensar en el lenguaje, las que se desarrollaron la semana pasada.
La sesión del miércoles 14 estuvo abocada al tema El lenguaje en la filosofía contemporánea, y en ella intervinieron los profesores Claudia Muñoz y Julio Torres con las ponencias Categorización y semejanzas de familia: Wittgenstein versus Aristóteles, y Esencialismo y términos de clases naturales, respectivamente. El jueves, bajo el tema de Debates y perspectivas los profesores Rodrigo Pulgar y Juan López expusieron los trabajos Palabra y existencia y Lost in translation: Searle y Derrida.
En la inauguración de la actividad el decano de Humanidades y Arte, Patricio Oyaneder, recordó las palabras del director general de la Unesco, Koichiro Matsuura en el mensaje para la efeméride de este año: “el Día Mundial de la Filosofía es, ante todo, un ejercicio colectivo de pensamiento libre, razonado e informado sobre las grandes problemáticas de nuestro tiempo (...)la aspiración de este día –prosigue Matsuura- es definir las condiciones de un diálogo universal, abriéndose a la diversidad de los interlocutores, las corrientes y las tradiciones filosóficas, así como establecer un inventario, observar el mundo y hacer una relectura crítica de nuestros conceptos y modos de pensamiento”.
A juicio de Oyaneder, hay que aprovechar este espacio que se abre en este día para “hacer ver que aquí estamos, cultivando modos de ver que pretenden ser conscientes de su propia perspectiva; pronunciando viejas palabras que buscan sonar como lozanas en su pretensión de decir algo nuevo o de renovar un decir. Sí, aprovechemos este espacio, teniendo presente que es un reconocimiento a la dignidad de nuestra disciplina, la Filosofía. Es cierto que la enorme mayoría sabe poco de ella, pero todavía le tiene cierto respeto. Seamos dignos de ese respeto y contribuya nuestro aporte al mismo”.
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