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  Nº 613 miércoles 7 de noviembre de 2007

 

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Primer premio Nacional de Geografía

La Sociedad chilena de Ciencias Geográficas reconoció la trayectoria de la académica del departamento de Ciencias de la Tierra.

Con la sencillez que ha sido un sello de vida, María Mardones Flores (casada, tres hijos, todos profesionales de nuestro plantel) recibió en Santiago el Premio Nacional de Geografía, otorgado por la Sociedad Chilena de Ciencias Geográficas durante la inauguración del XXIII Congreso Nacional de la especialidad, ocasión en la que presentó el trabajo Evidencias geomorfológicas de fluctuaciones glaciares del pleistoceno tardío y neoglaciar en el margen suroriental de la cuenca del río Aysén.

El galardón reconoce la trayectoria académica y de investigación de esta doctora en Geomorfología Glacial de la Universidad de Toulouse-Le Mirail y diplomada en Estudios Rurales Integrados de la misma casa de estudios gala que, desde estudiante, ha estado ligada a la Universidad de Concepción

Usted es la autora intelectual de un valioso estudio cartográfico regional…

Estuve al frente de un equipo que elaboró la cartografía de zonificación y evaluación de riesgos naturales en el área metropolitana de Concepción. El estudio está disponible en el Eula para municipios, arquitectos…es un aporte porque allí definimos las aptitudes naturales de cada territorio para acoger actividades productivas. En esta capacidad de acogida -como se denomina- uno de los aspectos primordiales son los riesgos naturales. Ese estudio es necesario actualizarlo porque data de 1994, tiempo en el cual el espacio territorial del estudio ha sufrido modificaciones.

¿La naturaleza se encarga de volver por lo suyo cuando el hombre la ha modificado sin cuidado?

La naturaleza tiene ritmos de evolución que son distintos a los del ser humano, por lo cual suele detonar procesos intensos. En geomorfología, para que se produzca un proceso, se necesitan umbrales de intensidad, magnitud y frecuencia. Para que la naturaleza logre esos umbrales se requiere un período más largo que cuando interviene el hombre.

¿Cómo y cuándo nace su interés por la geografía?

Mi vocación primera y principal era la pedagogía. Incluso pensé ir a la Escuela Normal. Mi papá me dio las primeras lecciones, en su lenguaje sencillo de campesino en Huellelhue, a 8 kilómetros de Valdivia, donde me crié. Me fue enseñando los secretos del río, los cerros, los árboles y las plantas de mi infancia. En el liceo de Valdivia, la directora me instó a ir a la Universidad y, personalmente, se encargó que obtuviera la Beca Enrique Molina, que me permitió hacerlo. Mis padres no podían costear estudios superiores.

¿Cómo fueron sus años universitarios?

Estudié Pedagogía en Historia y Geografía entre 1966 y 1971. Fueron años interesantes, de gran dinamismo social, de ideas, de discusión de todo tipo, período iluminador. Gran parte de la creatividad de las personas surge de una sociedad dinámica y a mí me tocó vivir aquello. También en segundo año me casé con Héctor Carrasco, ingeniero eléctrico.

¿Desde entonces está ligada a la Universidad?

Inmediatamente recibida hice en la misma Universidad un posgrado en Geografía, con participación de geógrafos franceses. Entre 1973 y 1979, el Instituto de Geografía sufrió grandes transformaciones y fuimos muy pocos los profesores que quedamos, la mayoría fue obligado a partir. Los que asumimos la tarea nos dedicamos a varias cosas a la vez y, en mi caso, impidió que hiciera investigación. Entre 1979 y 1982 me fui a Francia becada por el gobierno francés.

La tierra está con problemas: sobrepoblada, contaminada, seca; hay países que ya no son, surgen otros. ¿Ha cambiado la geografía?

El principal problema es la globalización, que ha provocado, entre otras cosas, la desterritorialización del individuo. Cuando no se conoce el lugar donde uno habita no se le ama y cuando eso sucede tampoco se le cuida. Ese desapego es propio de los países nuevos. Cuando no se conoce la ciudad, ni el barrio, ni el país, el desapego es algo natural. Desde la geografía, es decir, desde el estudio de los sistemas territoriales, su relación con los sistemas naturales y la sociedad humana a través de la historia, podemos hacer contribuciones, propuestas, mejorar y revertir situaciones. Para esto es fundamental la historia, especialmente económica y cultural.

Geomorfológicamente hablando, ¿Concepción es una ciudad de qué tipo?

El sitio fundacional de la ciudad es un mal sitio, un emplazamiento pequeño, con problemas de cerros, de roca alterada.

¿Las siete lagunas son una originalidad?

Las siete lagunas son parte de la historia del río Bío Bío; son defluviaciones, corresponden al delta del río que divaga, al norte, al sur, al sureste, a la llanura, y forma paleocauces o pequeños lagos que -efectivamente- podrían aprovecharse para la recreación.

¿Cuáles son sus ciudades favoritas? siempre desde la geografía

Valdivia porque es la ciudad de donde provengo, pero Praga y Siena son ciudades originales e interesantes.

¿Presumo que su relación con la Universidad es profunda?

Mi relación es académica e intelectual, pero yo soy cristiana y es eso lo que ha marcado mi vida. Mi fe me ha orientado, para buscar y entregar el conocimiento en el trabajo académico.

Mónica Silva Andrade

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