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Qué hacer con el problema energético en Chile
Los quásar son las fuentes de energía más potentes del universo, hoyos negros que al absorber gran materia, hace que ésta friccione entre sí, haciendo que la misma sea desmenuzada en energía. Entre un 6 a un 42% de la materia involucrada se transforma en energía. El resto es engullido por el hoyo negro, haciéndolo mas pesado.
Desde la revolución industrial, el uso de la energía ha ido en un ascenso exponencial. En Chile la leña, el carbón, petróleo y, recientemente, los gases, cada día son más necesarios para generar la cantidad de energía que consumimos. Sin embargo, la mayor parte de ésta es generada gracias a recursos no renovables, esto significa que tarde o temprano terminarán por acabarse.
En el país, la problemática se ha acentuado aún más por la escasez de gas natural proveniente de Argentina. Pero este problema no sólo lo sufre Chile, sino el mundo entero, tomando gran relevancia en el último tiempo debido al calentamiento global y las implicancias energéticas que éste trae.
Es ante este contexto que la Academia de Profesores Eméritos organizó una mesa redonda, el 22 de agosto, para discutir sobre qué hacer con el problema energético en Chile, en la que cuatro expositores analizaron la crisis ante docentes y alumnos en el auditorio Leopoldo Muzzioli.
Gastón Ramos, director de Planificación Estratégica de la Empresa Nacional del Petróleo (ENAP), explicó que éste es la principal fuente de energía, destacando que a mediano plazo el crudo mantendrá un crecimiento anual de alrededor de un 1.9%, siendo el diésel el que tiene y seguirá teniendo un crecimiento mayor que los otros derivados del petróleo. Todo esto hasta que se utilicen sustitutos, alternativas energéticas y se creen programas de ahorro y eficiencia energética; mientras, en cuanto al gas natural, haber elegido a Argentina fue una decisión correcta que ha permitido al país ahorrar cientos de millones de dólares. Por ello, dijo, “la opción del gas natural en la matriz energética para la generación de electricidad es eficiente y hay que mantener su alta participación, cambiando la fuente de suministro para hacerla más confiable. Esta alternativa es el gas natural licuado (GNL)”.
En cuanto a soluciones, destacó que en el caso chileno, la ventaja comparativa está en la gran producción de biomasa forestal. ENAP ya está investigando en la gasificación de biomasa para producir diésel de segunda generación.
Por su parte, Burkhard Seeger, investigador de la Universidad, destaca que la clave para Chile está en la energía no convencional como la nuclear por fisión y fusión, la geotérmica, solar, mareomotriz y la proveniente de biomasa.
Bruno Gunther, empresario, dio a conocer distintas fuentes de energía en el futuro lejano, destacando el reactor de antimateria (que por los costos es imposible de realizar), la energía producida por las estrellas de neutrones y que producen los quásar (las fuentes de energía más potentes en el universo, hoyos negros que al absorber gran materia, hace que ésta friccione entre sí, haciendo que la misma materia sea desmenuzada en energía). En el mundo se ha probado con este tipo de energía, originalmente en Estados Unidos con el Superconducting Supercollider, que no llevó a un desarrollo completo por falta de apoyo político, y en noviembre de este año se esperan los primeros experimentos a baja frecuencia del Large Hadron Collider (LHC) en Suiza y Francia.
Finalmente, Hayo Hase, director del Observatorio Geodésico TIGO, expuso el caso de la energía nuclear en Alemania, destacando que en Chile crear centrales nucleares serían proyectos inviables, ya que terremotos pueden provocar grandes accidentes en una planta nuclear. Además, dijo que nuestro país es uno de los pocos refugios para sobrevivir a una catástrofe nuclear en el mundo y no debemos arriesgarnos a poner una planta en nuestro territorio.
En lo que concordaron los expositores de la mesa redonda es en la educación para la comunidad en materia del ahorro energético. Es necesario llevar a cabo un eficiente uso de la energía, procurando el mayor ahorro posible.
Seeger compara la mala calidad de las viviendas construidas en Chile, que pierden demasiada energía, con las llamadas «casas pasivas», en Europa. Estas cuentan con vidrios triples con helio en su interior, que impide la dispersión del calor; además de aislante en las paredes y generación de energía mediante paneles solares en los techos y la innovadora posibilidad de inyectar parte de ésta al sistema interconectado central, cobrando por kilowatt inyectado, lo que deriva en un gran ahorro por parte de sus dueños.
Claudio Robles
estudiante en práctica
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