Miguel Ángel Durán
El desafío permanente es mejorar en todos los aspectos
Creo que una ventaja es contar con un campus que integra a todas las carreras y da la oportunidad de interactuar con personas de otras áreas
En 1981, aún antes de graduarse de Ingeniería Civil Metalúrgica, inició su carrera como ingeniero de entrenamiento en Disputada de Las Condes. Desde 2003 es Vicepresidente Senior de Operaciones de Anglo American Chile, una de las tres mineras más grandes del país. Como responsable de las divisiones Los Bronces, El Soldado, Fundición Chagres, Mantos Blancos y Mantoverde debe equilibrar los objetivos de producción con materias tan sensibles como la seguridad, el medio ambiente y la responsabilidad con las comunidades vecinas.
Para Miguel Ángel Durán, como penquista, ingresar a la Universidad de Concepción fue algo natural. Su cuñado lo estimuló a inclinarse por la metalurgia, área que empezó a fascinarlo un par de años después, ya que al principio su motivación fue cumplir con la alta exigencia de los primeros años de estudio, centrados en las ciencias básicas.
¿Qué recuerdos tiene de su época de estudiante?
Entré en 1974 y descubrí que había una diferencia muy grande con el colegio, donde me podía dar ciertas licencias. En la Universidad la dedicación era total. Además, en esa época no teníamos muchas actividades paralelas, eran los tiempos del toque de queda.
En tercer o cuarto año comencé a entender lo que iba a ser mi carrera. En el último tiempo participé en el proyecto Optimización de la refinería electrolítica en Chuquicamata y luego hice la memoria allá. Pude elegir si seguir trabajando con ellos o en Disputada de Las Condes, y opté por la segunda.
¿Cómo fueron sus inicios profesionales?
En esa época, Disputada era de Exxon Mobil, la petrolera norteamericana, que tenía los yacimientos de Los Bronces y El Soldado, además de Fundición Chagres. Ingresé como ingeniero de entrenamiento, para ser preparado para eventuales posiciones futuras. Pasé por diversos puestos, trabajé en turnos, en la cordillera. En Los Bronces estuve 14 años y fui jefe de turno, jefe de laboratorio, jefe de operaciones, superintendente y gerente. Luego estuve un par de años en Exxon, en Houston, esencialmente para conocer más las operaciones en Australia, Colombia y Estados Unidos, y buscar proyectos en Perú y México.
¿Y qué pasó al regreso?
Volví como gerente general a Fundición Chagres y después fui transferido como gerente general a la división Los Bronces, que era uno de mis sueños, porque ahí empecé como ingeniero de entrenamiento. Entonces la compañía se vendió a Anglo American, que tenía Mantos Blancos y Mantoverde y ahora también controla el 44% de Doña Inés de Collahuasi. Al cabo de pocos meses me promovieron a vicepresidente senior de operaciones, a cargo de tres de las operaciones y en los últimos tres años me hice cargo de las operaciones de todas las divisiones que controlamos cien por ciento.
Tanta responsabilidad debe pesar.
Es difícil hacer que todas las divisiones estén bien en todos los aspectos, en producción, seguridad, medio ambiente, con la gente, los costos, las comunidades. Es importante la productividad, pero si no lo hacemos de manera segura no sería válido, el desafío permanente es mejorar en todos los aspectos.
También hay que preocuparse del medio ambiente y la responsabilidad social, que no sólo son claves para la empresa, sino para toda la industria y el país.
¿Es una política de la empresa tener a personas tan jóvenes en puestos claves?
Fui uno de los superintendentes y de los gerentes más jóvenes de la compañía y ahora vicepresidente senior. No es la norma hasta el momento, pero tenemos planes de desarrollo para que personas con capacidades lleguen antes que yo a esta posición.
¿Cómo evalúa su formación y cuáles considera las mayores fortalezas de la UdeC?
Creo que una ventaja es contar con un campus que integra a todas las carreras y da la oportunidad de interactuar con personas de otras áreas. Eso es muy enriquecedor.
En metalurgia y otras ramas de la ingeniería es una universidad bastante reconocida. Valoro haber sido formado con el concepto de proceso. Veo todo desde esa perspectiva y me ha ayudado mucho a avanzar en la especialidad y la organización, sin ser experto en todas las áreas.
¿Cómo compatibiliza su trabajo con la vida familiar?
Cuando decidí iniciarme en Disputada y no en Chuquicamata, la familia fue una de las razones. Me casé un año y medio después con Cristina, que era mi polola desde el colegio y tenemos tres hijos. La mayor, Daniela, estudia ciencias políticas, y Nicolás y Camila están en el colegio. Siempre creí haber mantenido un buen equilibrio entre el trabajo y la casa, pero definitivamente ellos no comparten esa opinión. Reconozco que, como me gusta mucho mi trabajo, siempre estoy viendo cosas en la casa.
Pero también ha habido cosas buenas, como la experiencia de irnos todos a Estados Unidos, vivir en otra cultura, con otro idioma. Esa es una posibilidad que hoy estamos ofreciendo a muchos profesionales jóvenes del área minera. Espero que Anglo American tome mayor visibilidad, porque tiene mucho que ofrecer, especialmente a la gente de Concepción.
Mónica Figueroa |