Prevenir es la clave
En la medida que aumenta el frío y con ello los cambios de temperatura, es indudable el aumento de las infecciones respiratorias.
Estas enfermedades, que llegan a ser eventos de alta frecuencia en la población, pueden presentarse de muy diversas formas. Desde los resfríos comunes, las gripes, hasta complicaciones graves como las neumonías.
De esta diversa gama de posibilidades de infecciones de las vías respiratorias, no todas requieren tratamiento de urgencia. La gran mayoría corresponde a patologías autolimitadas y de etiología viral.
Estas son transmitidas por gotas grandes con una diseminación no mayor a un metro, por lo cual los espacios cerrados con una gran cercanía física entre las personas permiten una inoculación directa, pues al estornudar no tienen la precaución de taparse la boca. Así, los niños que asisten a jardines infantiles, tienen mayor riesgo de contraer infecciones de la amplia gama de virus. Pero también existe la transmisión por personas que tienen contaminadas sus manos por contacto directo del germen desde las vías respiratorias.
En Chile, la bronconeumonía es la primera causa de muerte en niños. Es una enfermedad evitable, con detección precoz y tratamiento oportuno. Entre las semanas 24 y 27, se produce el peak máximo de infecciones por virus sincicial en los niños. Es por esto que en esas semanas se ha dispuesto la apertura de los consultorios durante los fines de semana, no sólo para la población pediátrica sino también para los adultos.
También revisten gravedad las neumonías del adulto mayor. Este grupo etáreo, es altamente susceptible de fallecer por esta causa, debido al envejecimiento de los tejidos, que debilitan los mecanismos de defensa frente a diversos organismos. Además, la mayoría de estos pacientes tienen otras patologías agregadas, que dificultan aun más su recuperación y, al mismo tiempo, producen mayor deterioro de éstas. Otro grupo de riesgo, que no se debe olvidar, son los fumadores y los pacientes alcohólicos puesto que tienen sus barreras defensivas deficientes.
La incidencia de neumonía comunitaria del adulto mayor en Chile es de 7,3%; con una tasa de mortalidad en los pacientes que no requieren hospitalización de un 1 - 5%. En los pacientes que hospitalizan la cifra es de 20 – 25% y el riesgo de fallecer de los que deben ser hospitalizados en salas de Cuidados Intensivos es de un 20 a 50%.
El éxito de la terapia radica en varios puntos: la precocidad del diagnóstico y con ello el inicio de la terapia; -El tratamiento acertado para el agente causante, en dosis y vía adecuada; además, es necesario decidir el lugar de instauración de la terapia, hospitalizado o ambulatorio, lo que dependerá de la condición en que se encuentre el paciente según las normas de tratamiento indicadas por las sociedades chilenas de Enfermedades Respiratorias y de Infectología.
Las enfermedades infecciosas virales, aunque causan gran compromiso del estado general, no son tratadas con antibióticos. Sólo requieren hidratación abundante, mantener un ambiente descontaminado, utilizar algún medicamento para disminuir los síntomas como la sensación febril o la fiebre, las mialgias y la congestión nasal. Se debe considerar que las infecciones virales pueden ser potencialmente de alto riesgo, ya sea por las características del agente como por las características del huésped. Existen algunos medicamentos antiinfluenza, pero deben ser tomados en forma precoz en relación a la enfermedad.
Las medidas básicas de prevención consisten en cuidados generales. Para muchas de ellas basta con evitar los cambios de temperatura, visitas a personas enfermas con influenza; abstenerse de participar de reuniones masivas o lugares masificados pues lo más probable es que haya alguien enfermo. Evitar, también, los ambientes contaminados con poluciones ambientales, como el humo de cigarrillo, de las estufas de gas o parafina y el humo de las estufas a leña, que no solamente contaminan el ambiente interno sino que alteran y contaminan el medio ambiente.
Muy importante es el lavado frecuente de manos y, más aún, cuando se ha estado en contacto con personas enfermas o lugares infectados. Es recomendable el uso de mascarillas si se va estar en contacto con enfermos.
Y, por último, la vacunas. La antiinfluenza es muy útil para prevenir las infecciones para las cuales fue preparada y la vacuna antineumocócica, que está indicada principalmente en pacientes con antecedentes de patologías respiratorias crónicas u otras que produzcan riesgo de presentar complicaciones severas.
Dra. Roxana Maturana Rozas
Médico Internista – Broncopulmonar
Profesora asistente facultad de Medicina Universidad de Concepción |