Periodista por sobre todo

Yo entiendo cuando los jóvenes aspiran a trabajar en televisión.

El primer libro escrito por el periodista Andrés Zahri Troy (55, casado con la penquista Vivianne Cordero, dos hijas) será publicado este año. En sus páginas, la Universidad de Concepción ocupa un lugar de honor. El texto recoge su larga trayectoria y amplia experiencia de treinta años de ejercicio profesional, y su paso por la Escuela de Periodismo del plantel, donde ingresó en 1970.

Durante 21 años trabajó en prensa de Canal 13. Actualmente es el encargado de la oficina de Atención al Vecino de la municipalidad de Vitacura y concejal de la municipalidad de Ñuñoa.

¿Por qué estudió en Concepción ?

Estudiaba Leyes en Quito, Ecuador en 1969, una época políticamente compleja en ese país . Esto hizo que el Presidente chileno, Eduardo Frei, determinara que los chilenos que estudiábamos allá pudiéramos continuar en universidades chilenas. Aproveché de cambiarme a periodismo. Llegué a Concepción sin conocer la ciudad ni a persona alguna. Cuando bajé del tren con mi maleta me pregunté ¿y ahora que hago?

¿Qué hizo?

Buscar pensión, preguntar el nombre de las calles e ir a la Escuela que entonces estaba en Barros Arana con Lientur. Tengo facilidad para hacer amigos y preguntaba todo aquello que necesitaba. Ahí empezó una etapa compartida con gente como Renato Weitzmann, Roberto Meza, Ernesto Montalba, Miguel Angel Romero, Luis Salazar, Patricio de la Barra y de integrar la selección de fútbol de la escuela con Eduardo Olivares.

¿Qué tal fue esa etapa?

Valiosa, formadora, esforzada, cambié de pensión muchas veces y me duché con agua fría por meses, de pobreza, pero también de orgullo porque me negaba a que mis padres me ayudaran. Siempre trabajé. Fui corresponsal de El Clarín en Concepción; trabajé en Crónica, pasé luego al Diario Color e hice práctica en Canal 5

Se anticipó al sueño de muchos jóvenes periodistas de trabajar en la televisión ¿Cómo lo hizo?

Llegué el 76 a hacer una práctica en Canal 13. Estuve como encargado de prensa de Codelco cuatro años, mientras los fines de semanas hacía reemplazos de deportes en El Mercurio. En 1981 estaba en comunicaciones de la Enami y recibí la llamada de Luis Salazar, director de prensa del 13, quien formaba el equipo para Telenoche. Ahí me quedé por 21 años. Es la mejor experiencia profesional que se puede tener, todo lo que soy profesionalmente y todo lo que tengo se lo debo al canal.

¿Cuáles son los agrados de trabajar en un medio tan potente, aparte de ser un rostro y que lo reconozcan en todas partes?

En mi caso recorrer el país entero; viajar por el mundo como lo hice durante el gobierno de Aylwin cuando cubrí Moneda. Estar en Rusia y conocer el Kremlin por dentro o ir a Tokio y estar a pasos del emperador. Esa es la ventaja de la profesión También participar de las transmisiones deportivas del canal junto a comentaristas de renombre. Tengo una deuda inmensa con Gonzalo Bertrán, quien siempre confió en mí y me eligió para grandes cosas. También pude ser testigo del gran cambio experimentado por el medio, tanto en lo tecnológico como en los contenidos, nosotros no decíamos garabatos al aire, no existían los móviles de prensa. Yo entiendo cuando los jóvenes aspiran a trabajar en televisión porque la ventaja que ahora hay muchos frentes no sólo prensa, sino producción, programa especiales, etc.

¿Qué perdió el periodismo y que ganó la política con Zarhi concejal?

Soy periodista por sobre todo. Esa es mi formación, mi vocación. La política es algo anexo, circunstancial y de lo cual -de repente-me arrepiento mucho. Me quedan dos años como concejal y nada más. Imagínate que yo no militaba en ningún partido hasta ahora, tampoco me había inscrito en los registros electorales. Fui como independiente por RN. Fue una deuda de lealtad con el alcalde Pedro Sabat, quien me invitó a postular.

¿Fue electo por ser conocido?

Eso contribuyó. Fui comentarista de fútbol y en un país futbolizado como éste, aunque no recuerden tu rostro se acuerdan de tu apellido especialmente cuando has interactuado con nombres como Julio Martínez y Tito Fouilloux, en transmisiones como la Final de la Copa Libertadores en 1991.

Entonces no lo tendremos de alcalde

Ni de concejal, ni diputado, ni de nada. No apunta para allá mi vida. Sólo de periodista que obviamente a mi edad no está para andar reporteando en primera línea. Esa es una etapa que ya pasó.

Mónica Silva Andrade