Dramática presentación de versión escenificada de Madama Buterfly

Muchos cariños y apegos fueron los que caracterizaron la presencia de Verónica Villarroel en Concepción la semana pasada quien, en dos inolvidables conciertos, dio en grande el vamos al inicio de la celebración de los 55 años de la Orquesta Sinfónica.

Los recuerdos de los veraneos infantiles en la zona, su amistad con el maestro Miguel Patrón Marchand -quien dirigió su debut en el Teatro Municipal hace dos décadas y que fue el encargado de estar al frente de la Orquesta en esta oportunidad- y su pasión por Madama Butterfly, convergieron para hacer de las veladas del jueves y sábado pasados, espéctaculos de gran nivel, con un numeroso y entusiasta marco de público.

En aproximadamente 1 hora y media, la diva ofreció a los espectadores, según sus propias palabras, “la oportunidad de abrirse y experimentar distintas emociones”.

El trabajo de la Orquesta Sinfónica de la Universidad y de los técnicos del Teatro, fueron elementos importantes del éxito de los conciertos. “(La Orquesta) tiene un sonido maravilloso y me sorprendió el trabajo inteligente en las luces. He actuado en distintas partes del mundo y el nivel de acá es muy bueno. El contacto que tuvimos fue fluido y pareció como si hubiésemos ensayado una semana”, señaló Villarroel, asegurando que los músicos penquistas realmente poseen alma.

Priorizando la actuación hacia el final del espectáculo, la versión escenificada de Madame Butterfly fue un estreno mundial en el que aparecieron todas las facetas del personaje. “No soy especialista en lieder. Necesito movimiento, estar viva. No puedo cantar estática”.

El resto del repertorio estuvo compuesto por canciones latinoamericanas y españolas, además de algunos fragmentos de ópera, en varios pasajes fue acompañda por la mezzosoprano Marìa Isabel Vera quien acompañó a Villarroel en el papel de Susuki en Madama Buterfly.

Con más de 20 años en los escenarios “con sanidad vocal”, y habiendo cantado de todo, como ella misma afirmara, aseguró que lo que le gustaría ahora es recorrer Chile. “Creo que ya he viajado bastante”.

Y agregó: “creo que he sido, dentro de lo que se puede, bastante prudente. Mi mayor desafío es seguir cantando bien”.

Por ahora, su próximo trabajo en Chile será en el papel de Elisabetta en la ópera Don Carlo de Verdi, la que se presentará a mediados de mayo en el Teatro Municipal de Santiago.

Los textos están actualmente en manos de la comisión de seguimiento, integrada por los investigadores de nuestra casa de estudios Mario Suwalsky y Martín Montecino, quienes deberán entregar a fines de abril o principios de mayo un informe al jurado que en esta ocasión estará compuesto por los destacados Premios Nacionales Cecilia Hidalgo, Premio Nacional de Ciencias Naturales 2006, directora del centro Fondap de Bioquímica y académica de la Universidad de Chile, y Servet Martínez, matemático, Premio Nacional de Ciencias Exactas 1993, director del Núcleo Milenio Fundamentos y aplicaciones en teoría de la información y aleatoriedad y presidente de la Academia Chilena de Ciencias, además de los directores de Investigación, Jaime Baeza, y de la revista Atenea, Mario Rodríguez. El presidente del jurado será el rector Sergio Lavanchy.

El Premio Atenea 2007 se entregará durante la ceremonia de aniversario de la Universidad, que se realizará el 14 de mayo.