Valentina Giacaman: Soy orgullosa de
ser penquista y de la Universidad de Concepción

Hija y hermana de profesionales formados en la Universidad, para ella entrar a nuestra casa de estudios fue una opción natural, que asegura le ha abierto puertas en Santiago donde se desempeña actualmente.

Al terminar la enseñanza media, Valentina sabía que quería ser periodista. Sin embargo, como su familia no estaba muy de acuerdo postuló a Medicina. Pronto vino el arrepentimiento que la llevó a cambiar su decisión. Hoy está feliz de haber realizado ese trámite.

Después de varios años de trabajo en El Mercurio, la periodista Valentina Giacaman (casada, dos hijos) se destaca como jefa de Comunicaciones del Banco Penta, institución que hoy es referente de opinión obligado para los medios económicos.

Su vocación fue inspirada por su mamá, Rita Hazboun, diputada palestina en el exilio. “Siempre iban los periodistas a entrevistarla y ella escribía columnas y cartas en los diarios. A mí me gustó esto de tener una opinión”, recuerda.

¿Por qué la Universidad de Concepción?

Soy orgullosa de ser penquista y de haber estudiado en la Universidad de Concepción. Me gustan las universidades tradicionales. Además soy la menor de 5 hermanos, todos de la Universidad y mi papá fue el primer ingeniero químico titulado en ella y también hizo clases. Hay un tema sentimental. Cuando me vine a Santiago no conocía a nadie, pero es increíble cómo la Universidad tiene un nombre y abre puertas.

¿Qué recuerdos tiene de su época de estudiante?

La carrera en ese tiempo era chiquitita, porque soy de la cuarta generación tras su reapertura. Estábamos fuera del barrio y luchábamos para solucionar los problemas de infraestructura. Desde el segundo año comencé a trabajar en TVU y como era seleccionada de atletismo propuse un programa de deportes donde era reportera, conductora, todo. Tengo los mejores recuerdos.

¿Cómo partió su vida profesional?

Para hacer la práctica postulé a El Mercurio. Pasé todas las pruebas y quedé en la sección que quería, crónica política. Me tocó cubrir La Moneda y Cancillería, entre otras cosas acompañé una gira del presidente Frei. Me evaluaron muy bien y me ofrecieron quedarme en Economía, que era la sección que estaban potenciando. Me explicaron que sería difícil, que debía especializarme.

¿Cómo fue esa etapa?

Cuando llegué se había ido la periodista que cubría la bolsa y yo que jamás había comprado una acción tuve que encargarme del mercado bursátil, pero fueron 8 años super buenos donde me enviaron a cursos, viajé a la bolsa de Nueva York, a giras y logré una especialización. Después también me asignaron los bancos.

¿Por qué decidiste dejar El Mercurio?

Siempre me ofrecían trabajar en empresas, pero sentía que lo mío era el periodismo. Me costó decidirme, pero tengo dos niños chiquititos y me complicaban los turnos. Además Banco Penta no me ofreció una pega de relaciones públicas común y corriente, porque estaba partiendo y podía proponer un modelo de trabajo.

¿Cómo se siente en su trabajo actual?

Estoy contenta porque me han evaluado bien. He luchado con mis jefes para que accedan a recibir a los medios, pero en marzo cumplimos 3 años y llevamos 300 publicaciones. Hoy el Banco Penta es un referente de opinión obligado para los medios económicos. Creo que he podido desarrollarlo gracias a la formación que me dio la carrera y los años de trabajo en medios, porque sé lo que está buscando el periodista.

¿Mantienes lazos con la Universidad?

Este año participé en la cena de aniversario en Santiago y tuve el orgullo de que me llamaran para participar en una jornada de trabajo sobre la reestructuración de la malla curricular de la carrera. Conocimos a los estudiantes, planteamos propuestas y compartimos con los profesores.

En la época universitaria éramos un poco negativos y, en parte, fue bueno porque logramos cosas. Ahora valoro ese ambiente penquista, crítico y emprendedor que no tienen otras universidades. Pienso que la Universidad me entregó las herramientas que necesitaba.

Mónica Figueroa