Mujeres en la seguridad
Programas de educación continua e intercambio de profesores y alumnos son algunas de posibilidades que abre el convenio.
Las mujeres se han incorporado de manera creciente a funciones que tradicionalmente se creía eran terreno exclusivo de los hombres. Y de eso es testigo la Universidad que en los últimos meses ha integrado a dos mujeres en su Servicio de Vigilancia.
Ana Contreras forma parte del cuerpo de vigilantes hace dos meses; Alejandra Ferrada, en tanto, está a punto de completar un mes en sus funciones. Ambas han cumplido con los cursos del OS10, han tenido experiencia previa en actividades similares y dentro de su historial laboral su incorporación a la Universidad las llena de orgullo.
Ana ha asumido este nuevo trabajo como un desafío personal, al que se entrega cada día “tratando de dar lo mejor”; mientras que para Alejandra constituye una gran satisfacción porque se trata de ser parte de una institución de gran prestigio y que otorga beneficios importantes a sus funcionarios.
Dicen sentirse a gusto en el Campus y destacan la buena recepción en la comunidad universitaria, especialmente de sus congéneres, que se han mostrado gratamente sorprendidas por su presencia.
El jefe del Servicio, Luis Arias, señala el buen desempeño que han tenido y expresa que contar con mujeres en la vigilancia facilita algunas tareas, especialmente las que tiene que ver con la atención de las alumnas.
Ana y Alejandra son conscientes de que es así y lo han visto en la confianza con que se les acercan las jóvenes, incluso las académicas.
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