Copenhague: una cita que cambió la historia

Al hablar de la historia del conocimiento, de la importancia de la ciencia y su impacto en la sociedad, se suele olvidar que detrás de cada descubrimiento existen hombres y mujeres, y junto a ellos, emociones. Copenhague, la premiada obra del inglés Michael Frayn, nos recuerda que la ciencia no es ajena al amor, la envidia, el miedo, la profunda amistad y la ambición. Estrenada en Londres en 1998, la obra presenta a dos grandes físicos del siglo pasado, maestro y discípulo, cuya amistad y admiración mutua se vio truncada para siempre en medio de la Segunda Guerra Mundial.

Bajo la dirección de Gustavo Meza y con las actuaciones de Delfina Guzmán, Arnaldo Berríos y Francisco Reyes, Copenhague reconstruye la reunión ocurrida en 1941 entre el físico danés Niels Bohr, considerado el padre de la teoría atómica, y su discípulo, el alemán Werner Heisenberg.

La cita, en medio de una Dinamarca invadida por el ejército nazi, terminó en una discusión que alejó para siempre a sus protagonistas. Las razones de la disputa nunca fueron aclaradas, lo que motivó una larga serie de especulaciones entre historiadores y científicos, debate que se extiende hasta hoy.

Física cuántica, incertidumbre, lealtad, conceptos que se mezclan en un escenario que teme el nacimiento de la bomba atómica. La obra es un puente que nos permite pasar al lado filosófico y humanista de la ciencia, dónde comenzamos a cuestionar cuánto realmente avanzamos con cada nuevo descubrimiento. Una muestra de la pasión que mueve al científico y que lo empuja a ser, en ocasiones, el responsable de originar cambios en la historia de la humanidad. La invitación está hecha para el 5 de octubre a las 19 horas, en el Teatro Universidad de Concepción

Soledad Cabrera
Periodista
Centro de Información y Óptica Cuántica