Comienza septiembre y con él un mes que lleva una carga histórica significativa para el país.

Próximos a las celebraciones del bicentenario de la independencia que han fijado como meta convertir a la nación en una economía basada en el conocimiento, lo que implica estimular el vínculo entre el sector universitario y empresarial, acrecentando el capital humano altamente calificado. Y eso en el mediano plazo debiera notarse en el aumento del producto interno bruto PIB.

Para los expertos, Chile se encuentra frente a una oportunidad como pocas ha tenido en sus años de vida y que encuentra al país en muy buen pié.

La visión señala que al 2010 se deben alcanzar algunos indicadores, por ejemplo, cerca de 400 jóvenes por año deberán estar doctorándose y duplicar esa cifra cinco años después.

Hoy se insertan 50 jóvenes por año a la empresa privada en áreas de investigación, eso debiera crecer para que al 2010 sean 500. Se espera también que los consorcios tecnológicos empresariales de investigación que se están iniciando ahora como sociedades anónimas sean para entonces empresas hechas y derechas, que produzcan trabajo y riqueza.

“Soñemos Chile en sus 200 años de historia”, dice el buzón ciudadano instalado en el portal web de la Presidencia de la República.
De sueños, pero cercanos a la realidad, se trata este llamado que han formulado los mandatarios y que fue canalizado en el gobierno de Lagos a través de la Comisión Bicentenario, la cual en el área relacionada con las universidades señaló dos metas. La primera afianzar y expandir el capital humano avanzado y, la segunda desarrollar en Chile una cultura nacional de la innovación.

Ambas tareas se están enfrentando en nuestra casa de estudios y su concreción depende que cada uno de los miembros de la comunidad universitaria haga suyo este sueño.