Carlos Hernández Salas
El mar es
nuestro presente
Ingresó a la UDEC como ex alumno del Liceo Enrique Molina, por la confianza en el nivel académico del plantel. Llegó en 1981 y se define como un G-80 auténtico. “Eran tiempos complejos y activos”. En la Universidad se acredó a gente de otros ámbitos, del área de la biología, de la investigación pesquera.
Al ser designado subsecretario de Pesca, voces empresariales argumentaron que era un profesional muy capaz y conocedor del tema, pero que tenía clara predisposición por los pescadores artesanales a quienes asesoró jurídicamente por largo tiempo, desde aquellos lejanos en que el abogado Carlos Hernández Salas (43) integraba el programa Laboral de la Vicaría de la Pastoral Obrera del Arzobispado de Concepción.
Fue asesor jurídico de la asociación Nacional de Armadores de Buques Pesqueros de Alta Mar y de la campaña sobre Diversidad Biológica Marina Green Peace Pacífico.
Es de noche sobre Santiago cuando el Subsecretario evoca su tiempo de estudiante de Derecho y disimula el cansancio de más de ocho horas de trabajo entre el puerto principal y la capital. Estamos en presencia de un servicio descentralizado, cuya sede está en Valparaíso, donde él reside hace tiempo
¿Qué sintió cuando lo llaman para ocupar la subsecretaría de Pesca?
-Un honor que me llame la Presidenta y me encargue esta tarea. También el sentimiento de saber la complejidad de la misma y la exigencia de hacerlo bien. Mi ventaja es que conozco el sector, por dentro.
Ejerciéndolo uno se da cuenta que la complejidad es de mayor calado aún de lo imaginado. Afortunadamente el equipo de profesionales de la Subsecretaría es de alto nivel.
-¿Es un interés de larga data el suyo por el mar, la pesquería?
Es una larga historia que se inicia en mi infancia vivida en Constitución. No son sólo razones técnicas o de estudio, sino que de la aventura, el misterio y el atractivo que el mar podía tener para un chiquillo.
-En sus tiempos de estudiante, sin embargo, no existía ni Ley de Pesca.
-No era tema en aquel tiempo. Es cierto. Ingresé por la vía del derecho internacional público. Tras recibirme me fui especializando con un Magíster. También hice un diplomado de Estudios Internacionales Avanzados, en la Universidad de Barcelona. Actualmente, soy candidato a doctor en la misma universidad catalana y mi tesis es La plataforma continental en la península antártica. Cuestiones Jurídicas Seleccionadas.
¿El mar es nuestro futuro?
Económicamente el mar es nuestro presente. Somos uno de los principales países marítimos del mundo y frisamos los tres mil millones de dólares anuales en exportaciones.
¿Hemos aprendido a aprovechar la cercanía del mar, desarrollado una cultura en torno? Le digo por la obesidad como problema de salud pública. ¿Si incluyéramos más pescados en la dieta, por ejemplo, seríamos más flacos?
He realizado muchos viajes a regiones en este período y he constatado una gran cercanía al mar. Desde el centro puede que eso no se capte en su magnitud. La gente conoce y sabe el potencial marítimo. El consumo de productos del mar tiene mucho que ver con los niveles de desarrollo y en eso estamos, promoviendo. Esa es una responsabilidad como aparato público. Incluso se produce cierta sofisticación en la oferta de distintos productos que antes no se conocían, o no se extraían. También está el notable desarrollo de la acuicultura. Basta pensar en el salmón y lo que significa en la economía.
¿Cuál es el legado que le dejó su Universidad?
-La real adscripción a la idea que uno puede desarrollar el conocimiento con libertad; el poder relacionarse más allá del mundo de la disciplina del derecho y entender así otros mundos de la ciencia y él que siempre se puede luchar por buenas causas y ganarlas.
Mónica Silva Andrade
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