El nuevo sistema ayudará a perfeccionar los conocimientos de la dinámica del océano costero, incrementando la densidad de mediciones sobre corrientes superficiales, oleaje y viento.
Dante Figueroa afirma que “por primera vez, por ejemplo, podremos tener una área completa de estudios para entender bien como se realiza el proceso de surgencia (el transporte de nutrientes desde aguas profundas a la superficie), que hace que este zona sea tan rica en pesquerías... podremos saber dónde se producen los frentes de corriente (donde cambian de dirección) y cómo el viento es afectado en la zona costera”.
En lo práctico, la información relativa a oleajes es vital para la planificación de infraestructuras costeras, como puertos, muelles o complejos habitacionales; para el diseño de áreas turísticas, prediciendo el comportamiento de las playas; para la instalación de emisarios submarinos y para la toma de decisiones en tiempo real en un eventual derrame de petróleo. “Todo esto depende de cómo sea el oleaje y su evolución”, acota el investigador.
El nuevo equipo servirá, además, a la exploración de otras zonas del océano, cuyo conocimiento podría traducirse en importantes contribuciones al sistema productivo nacional.