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Una forma revolucionaria de medición
Estos radares marinos pueden abarcar superficies de más de 2 mil kilómetros cuadrados, con mediciones continuas, desde la costa y en tiempo real, proporcionando información cada 20 minutos.
Es el único equipamiento en su tipo en Sudamérica y su puesta en operaciones revolucionará la forma en que se mide las corrientes, las olas y el viento en el océano costero en Chile, afirma el investigador del departamento de Geofísica, Dante Figueroa, al detallar las características del nuevo instrumental y sus ventajas frente a los métodos tradicionales, anclaje de correntómetros y oleómetros en el mar y cruceros.
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Los primeros, a pesar de tener una buena cobertura y resolución temporales, tienen límites en la cobertura espacial.
Son observaciones puntuales que sólo ofrecen información parcial sobre las condiciones oceánicas en un momento dado. Por otro lado no es posible asegurar su permanencia: muchos de ellos se pierden arrastrados por las corrientes o por acción de terceros.
En los cruceros los problemas se presentan a la inversa: permiten hacer mediciones en extensiones mayores, pero por períodos breves, que además están sujetos a las condiciones meteorológicas. Y en ambos casos los costos son elevados, por los gastos que involucra la contratación de naves.
Los radares marinos obvian estas dificultades, ya que pueden abarcar superficies de más de 2 mil kilómetros cuadrados, con mediciones continuas, desde la costa y en tiempo real, proporcionando información cada 20 minutos.
En las mediciones del campo superficial de las corrientes marinas, asegura una cobertura de hasta 60 kilómetros desde el punto en que están situados los radares, y de unos 30 kilómetros en las mediciones de olas superficiales, que incluyen parámetros de altura significativa, dirección de propagación y espectro.
Contar con este instrumento “es como tener simultáneamente varios centenares de correntómetros superficiales, de oleómetros y de veletas en el océano costero”, señala Figueroa. |
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