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Dos postulantes al sillón de Enrique Molina Garmendia
Sergio Lavanchy

Tras dos períodos a la cabeza de la Universidad, el rector Sergio Lavanchy hace un positivo balance de su gestión que -dice- es resultado del trabajo de todos los académicos y universitarios y que se refleja en el desarrollo que han alcanzado las actividades propias de la casa de estudios, que han influido en su consolidación como una de las tres universidades más importantes del país, y en la superación de una delicada situación financiera con un plan de reestructuración que, asegura, no significó restringir el crecimiento de la institución. A la luz de estos logros, un grupo de académicos y directivos le pidió que repostulara al cargo, reto que aceptó, finalmente, a mediados del año pasado.
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Convencido de que una universidad nunca agota su horizonte de desarrollo, su candidatura se sustenta en un amplio programa que se funda en el eslogan crecer con calidad, idea que –como explica- apela simplemente a la excelencia, y que demanda un “compromiso de cada uno de los que trabajamos en la Universidad”. Mejoras en la asignación de los recursos en investigación, incluida una línea especial para las ciencias sociales, modernización curricular, más vinculación con el desarrollo, el perfeccionamiento de la planta docente, planes de crecimiento para Chillán y Los Angeles (con una nueva estructura organizativa para favorecer su expansión) y la creación de un modelo propio de enseñanza asentado en la responsabilidad social, como valor central, y competencias transversales son parte del programa. En lo financiero se continuará el plan mantenido hasta ahora, de manera de disminuir los pasivos y evitar resultados negativos como los que predominaron entre 1998 y 2003.
-Las finanzas son de gran interés para los universitarios y no todos saben interpretar los balances. ¿A cuánto asciende la deuda hoy?
La deuda exigible o real de la Corporación se compone de aproximadamente 1 millón 700 mil UF, que se programaron con el bono, y algo más de 1 millón de UF de obligaciones bancarias. El resto, del orden de 2,5 millones de UF, incluye provisiones y retenciones, no todas las cuales son exigibles. Estos son compromisos que la Corporación puede cumplir absolutamente. Estamos pagando el bono y generando ingresos para ir bajando el nivel de endeudamiento, al que se llegó por los déficit en los resultados que tuvimos antes de 2003 y que suman cerca de 26 mil millones de pesos. Los estados de resultado muestran que han crecido los pasivos, pero también han aumentado los activos y ha variado el patrimonio. Esas cifras nos tienen muy tranquilos.
Sobre la forma en que las mejoras económicas se reflejarán en las remuneraciones, Lavanchy indica que se hará a través de la renta base, que seguirán creciendo sobre el IPC, y las rentas variables, como la asignación académica, que aumentará de 150 en 2006 a 200, el 2007 y a 250 en 2008, y de docencia que crecerá en un 25% a partir de 2007. “Lo que se propone es realista y está de acuerdo al avance que debemos tener, las obligaciones que hay que cumplir y lo que podemos destinar a remuneraciones y nuevos proyectos, porque hay muchas cosas que demandan recursos…tenemos claro de dónde vienen los ingresos de la Universidad y cuáles son los gastos y, por tanto, debemos hacer un manejo financiero muy responsable”.
-Un nuevo crecimiento supone también nuevos recursos. Ud. propone más ayudas estudiantiles, centros de apoyo regionales, cátedras de Premios Nóbel, movilidad de docentes y alumnos, etc. ¿Cómo se financia eso?
Eso tiene que ver con gestión. Cuando nos propusimos hacer el Centro de Biotecnología, tuvimos que gestionar los recursos, lo mismo que el CIEP. Tenemos que utilizar todos los instrumentos y llegar a todas las agencias que financian proyectos cuando son buenos, de manera que si el día de mañana iniciamos un proyecto -como ya lo estamos haciendo con el Parque Científico Tecnológico- hay que hacer gestión internacional y nacional y ante los organismos que pueden financiar estas ideas. Hay que postular a fondos públicos más que usar los excedentes que están quedando.
-Ha habido observaciones sobre direcciones como Graduados, Docencia e Investigación, en el sentido de que a veces le falta dinamismo para impulsar sus áreas de trabajo. ¿Habrá alguna revisión en sus formas de operar?
Creo que son observaciones que apuntan a mejorarlas y hacerlas más eficientes. En caso de ser confirmado vamos a hacer un nuevo plan de desarrollo, que considere todos estos aspectos, con la máxima participación de las facultades y los académicos. El nuevo plan se va a enfocar en menos objetivos, menos parámetros y estará más concentrado en prioridades.
En el plan también espera incorporar las ideas que han surgido en las reuniones, encuentros que Lavanchy califica de altamente provechosos, porque además de ahondar en su programa, le han permitido conocer las inquietudes de los docentes y comprobar que hay un compromiso e interés por lo que ocurre en la Universidad.
-Se le ha preguntado también si habrá cambios en el equipo directivo. ¿Qué criterios usará para confirmar o eventualmente cambiar a miembros del equipo directivo?
Tengo que evaluar el trabajo realizado por los organismos, la situación personal de cada uno de ellos…si quiere seguir, si va a jubilar. Fundamentalmente voy a evaluar el cumplimiento de metas en relación a objetivos propuestos.
-El posicionamiento ha sido recurrente en la campaña. ¿Qué hay que hacer para mantener y/o mejorar el lugar que tiene hoy la Universidad y de qué manera aporta a esto el proyecto Santiago?
Tenemos que vincularnos mucho más con el medio, regional y nacional, tenemos que seguir desarrollando proyectos de impacto nacional. El estatuto de la Universidad de Chile la declara como una institución de carácter nacional, por lo tanto sus actividades tienen ese alcance. Nosotros pensamos que somos una universidad nacional porque nuestra actividad no se circunscribe sólo a la región. Y eso se ha demostrado. El proyecto Santiago es una gran iniciativa que requiere gran financiamiento, porque la idea no es llegar con un departamento a dictar unos cursos, sino que se trata de algo integral, que permitirá continuar con lo que hemos hecho con campañas de difusión institucional, para que en Santiago se vea que hay otras realidades.
-La gestión anterior estuvo marcada por la reforma de estatutos. La participación surge con fuerza en tiempo de elecciones, sabemos que hay restricciones legales ¿Qué se puede hacer dentro de estas limitaciones para crear espacios para los 3 estamentos?
La participación triestamental está en boga especialmente ahora con los cambios en los estatutos de la Universidad de Chile…nosotros no lo podemos incluir porque sería rechazado por lo que señala la LOCE. Lo que podemos hacer es crear, sin un estatus a nivel del estatuto orgánico, un órgano donde estén representados los 3 estamentos. Tenemos un diseño de cómo podría ser, pero debemos discutirlo con la comunidad académica y los cuerpos colegiados, cuando corresponda, y considerar las visiones jurídicas del tema.
Según el Rector, la discusión puede empezar tras la aprobación de los estatutos, proceso que concluiría en junio, con la Junta de Socios.
Reconociendo el buen desarrollo que ha tenido la campaña, la autoridad llamó a académicos y funcionarios a tener confianza en la institución “porque ninguno de estos procesos electorales produce una discontinuidad en su desarrollo y proyecciones”.
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