La
actividad académica se está desarrollando
en plena normalidad y muchas de las acciones se orientan
ya hacia 2006.
Por una parte, finalizó el periodo de UdeC Puertas
Abiertas, que significa la recepción de miles
de jóvenes de diferentes partes del país
que llegan, con grandes expectativas, a descubrir un
mundo para ellos atractivo y desafiante.
Muchos de ellos estarán en nuestras aulas el próximo
año para encontrarse con una educación
superior en pleno proceso de cambios, algunos de los
más significativos son la nueva modalidad de financiamiento
para los jóvenes de los quintiles inferiores que
ingresen a las universidades; la imperiosa necesidad
de las casas de estudios por haber acreditado sus instituciones
para permitir a otro segmento optar a vías de
financiamiento bancario. En el plano netamente académico,
el debate sobre la duración de las carreras y
la necesidad de homologar el sistema de crédito
con los países miembros de la Unión Europea
será aún más intenso y deberá concretarse
en un futuro cercano.
Ello implica que actividades como la denominada movilidad
estudiantil, que hoy es incipiente, tomará mayores
bríos y no será excepcional cursar un semestre
en una universidad latinaomericana o europea con plena
correspondencia de los créditos.
El futuro del posgrado es también tema de análisis.
Si se acortan las carreras, el paso normal es continuar
de inmediato estudios conducentes al magíster
y más tarde al doctorado. ¿Cómo
se financiará esta etapa de la educación?
Este aspecto merece ser debatido y puesto en la discusión
pública, en momentos en que la campaña
presidencial en curso permite sacar a relucir desafíos
para la educación superior en general.
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