Patricio Parada
Coalivi es un sueño cumplido y un orgullo para mi

El director del Centro de Educación y Rehabilitación Integral para personas con discapacidad visual de Coalivi, realizó sus estudios de pedagogía en Enseñanza Media mención Español en nuestra casa de estudios. Originario de Tiuquilemu, cerca de San Carlos, realizó sus estudios básicos en Santiago, lejos de su familia.

Hoy con 51 años, casado y tres hijos universitarios, tiene una manera de vivir que muchos anhelan. Patricio Parada se declara feliz con su vida, sobre todo por sus logros personales, ya que para este docente de vocación su sueño cumplido fue enseñar a los pequeños con problemas visuales, una meta que lo tiene más que satisfecho.

Desde el año 2002 que ocupa este importante puesto, tras ser designado luego de desempeñarr muchos cargos en la Corporación, lo que le entrega una gran experiencia, en especial porque fue uno de los fundadores de ella. Comenzó en 1978. La idea era crear en Concepción una escuela de ciegos, porque su experiencia desde pequeño y originario de la provincia de Ñuble, lo llevó a realizar sus estudios en Santiago, en la única escuela de ciegos del país, porque no había otra posibilidad.

Entonces su idea era crear una en el sur de Chile, para aquellos que no tenían la posibilidad de viajar tan lejos.

¿Qué año egresó de la Universidad de Concepción?

Yo estudié entre el 75 y el 79, pero el 78 ya estaba trabajando en el liceo B-40 de Penco. También hice clases en otros liceos e institutos, siempre conservando como base mi horario de Penco, donde estuve hasta el año 1990. Paralelo a eso yo trabajaba acá. Precisamente renuncié al liceo ese año porque mi horario ya era incompatible con las funciones que cumplía aquí.

¿ Cuándo comenzó Coalivi a sustentarse por sí mismo?

A partir del año 81, cuando conseguimos el respaldo de una etidad alemana, entre otras, que fue cuando comencé a recibir junto a otras personas un incentivo económico y a tomar algunas horas acá.
También hubo un gran apoyo de la Universidad de Concepción, y cuando yo era alumno comencé a mover a mis compañeros, algunos profesores y fundamentalmente conseguí el apoyo del profesor José Fuica, director del departamento de Educación Diferencial.

Hubo también una campaña para conseguir socios colaboradores de nuestra naciente Corporación en la Universidad, donde se recorrió las oficinas y se pidió a funcionarios y profesores que se adhirieran, a través de un descuento voluntario por planilla. De esta manera, la Universidad nos hace llegar mensualmente un depósito único. Aprovecho de hacer un llamado a quienes aún no son socios, para que se acerquen y nos conozcan.

¿ Qué ha significado esta fundación para usted?

Coalivi es más que un trabajo, es parte de una búsqueda para satisfacer algunos objetivos de tipo personal, más que profesional. Se cumplen las dos metas, de estar trabajando y de estar además en un trabajo que va en pro de un segmento de la población que en otro momento no tenía posibilidades de educación y de rehabilitación. Coalivi es en la actualidad la entidad más importante que atiende a personas ciegas en todo el país, porque es de carácter integral pues se ocupa de personas con discapacidad visual desde cero años hasta adultos mayores, con programas diferenciados y de características propias.

Este año Coalivi cumple 25 años. La programación contempla: el 8 de junio una ceremonia oficial en el Teatro de la Universidad de Concepción; también se efectuará la Cena de la Luz en septiembre.

¿ Cuál es su sueño para Coalivi a futuro?

La meta es que cada vez más limitados visuales estudien en liceos o colegios del sistema educativo común, el que debe adaptarse y atender a todos los educandos.

¿ En este sentido fue muy difícil para Ud. estudiar en la Universidad?

En esa época por la falta de recursos había que apoyarse en grupos de trabajo y en familiares, y como era buen alumno, otros se apoyaban en lo que yo podía aportar que era la capacidad de comprensión y mis compañeros me ayudaban con la lectura, por ejemplo. Fue una época muy bonita, donde no dejé de lado ser buen alumno y participar en todas las actividades en que había que participar.

Siempre he dicho que soy una persona muy afortunada, porque he conseguido lo que toda persona anhela, a pesar de tener una discapacidad visual: estudiar, obtener una profesión, trabajar en lo que te gusta, formar una familia, realizarte como ser humano y como profesional. Si yo tuve la suerte y la posibilidad de realizarme como persona tengo la obligación de entregar a otras personas lo que yo he podido alcanzar.