El
acto central de celebración del octogésimo
sexto aniversario de la Universidad estuvo marcado
por la sobriedad. Dos exposiciones, la primera del
Rector y la segunda del conferencista invitado Eugenio
Tironi, invitaron a mirar lo realizado y levantar la
vista hacia nuevos horizontes.
Una de las principales conclusiones de Lavanchy fue que
la mayor parte de las acciones enumeradas corresponden
al proyecto de gestión para el período
2002-2006.
Así mismo se refirió al conflicto estudiantil
haciendo presente que el Consejo de Rectores emitió una
declaración pública, la cual respalda completamente.
En una mirada de futuro instó a diseñar
las estrategias que conduzcan a mantener y mejorar los
logros institucionales en todas las áreas de actividad.
En líneas gruesas, señaló caminos
para adaptar la formación de pregrado a los nuevos
paradigmas educacionales poniendo énfasis en las
competencias laborales, reducción de años
de estudio, educación continua y homologación
con Europa y otros países.
Las tareas se deben enmarcar en la cultura de la
organización
que promueve la participación de todos y que por
lo tanto tiene la responsabilidad de cuidar e incrementar
el prestigio de la institución.
Con la vista puesta en el bicentenario, Tironi
invitó a
revisar la identidad chilena, que él señala
tiene una actitud renuente a levantar o aceptar mitos
unificadores y por ende le cuesta gestionar su diversidad.
Como cuenta con pocos medios simbólicos que le
den cohesión en tanto comunidad nacional, tiene
que descansar excesivamente en la autoridad de sus normas,
en la coerción de sus instituciones, en el carisma
de sus líderes, o en su defecto, en la pura y
simple violencia. La Universidad de Concepción, por su parte, tiene
una fuerte identidad, que le permitirá gestionar
desde esta perspectiva, la diversidad con miras al bicentenario.
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