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María
Isabel Rauld
Aprender matemáticas haciendo matemáticas
María
Isabel Rauld Vásquez (casada, dos hijos) es
profesora del Instituto de Matemáticas de la
Universidad Católica de Santiago. Bachiller
en Matemáticas y magister en Estadística
de la Universidad de Concepción, de familia
penquista, sus padres viven en Concepción y
tres de sus cuatro hermanos son profesionales de nuestro
plantel.
Antes
estudió tres años de Arquitectura, profesión
que le gustaba por el amor al arte que aún mantiene
vivo. En la Universidad de Concepción estudió diez
años(1976-1986), pues hizo de corrido pre y
posgrado. Se unió a la UC en 1989 como profesora
por horas, luego instructora, hasta que ganó un
concurso como profesora tiempo completo. Es especialista
en cálculo, del Instituto de Matemáticas,
y dicta cursos para diferentes carreras, como Economía,
Construcción Civil, algunas pedagogías.
Ha participado en proyectos y programas ligados al
ministerio de Educación y al Simce y ha trabajado
en el proyecto Un liceo para todos.
- ¿Existe
aquello de “ser mala para las matemáticas”?
Ese es un prejuicio alimentado por años de enseñanza
poco adecuada. Ernesto Sábato, escritor y físico
argentino, en su libro Uno y el universo se refiere a
la simplicidad de las matemáticas. Argumenta que
existe una opinión muy generalizada según
la cual la matemática es la ciencia más
difícil, cuando en realidad es la más simple
de todas. La paradoja está en que precisamente
por su simplicidad, los razonamientos matemáticos
equivocados quedan a la vista. En una compleja cuestión
de política o de arte -continúa Sábato-
hay tantos factores en juego y tantos desconocidos o
no aparentes que es difícil distinguir lo verdadero
de lo falso. En matemática es a la inversa. Cualquier
error queda siempre al descubierto. Se resuelve mal algún
problema y queda la huella.
- ¿Tiene
que ver con el rigor?
El rigor es un atributo de la lógica y por ende
de las matemáticas. Tiene que ver con que una
ciencia estricta, como la matemática, es ajena
a muchas cosas valiosas del ser humano como las emociones,
los sentimientos y por supuesto si le agregamos métodos
de enseñanza anticuados tenemos un panorama desolador.
La manera de aprender matemáticas es hacer matemáticas.
Hacer y resolver ejercicios, practicar destrezas, enseñar
de manera más amena, entretenida y dinámica.
También hay un tema de lenguaje, de la palabra
precisa, de manejar y saber conceptos involucrados. La
UC es bastante innovadora en ese sentido y apostamos
por ese cambio. Le agregaría ligar la matemática
a la vida, como algo que usas y te facilita las cosas,
partiendo por las cuatro operaciones básicas
- ¿Cómo
fue su formación en la U?
Estudié en una escuela pequeña que funcionaba
en el edificio de Física y Química, frente
a la Parroquia Universitaria, con profesores como Ernesto
Figueroa, Germán Adler, José Sánchez,
entre otros, que fueron muy buenos en lo suyo. En Santiago
nunca me he sentido en desmedro, sino que por contrario:
sé muchas cosas y tengo permanentes inquietudes
que se las debo a mi paso por la Universidad, a la que
recuerdo con el afecto que se le tiene a aquellas cosas
que han sido significativas en la vida.
-
Las mujeres, según Larry Summers, rector de
Harvard, tienen una menor capacidad cognitiva para
las matemáticas
y las carreras científicas, lo que
explica el que pocas triunfen en estos
campos. ¿Cómo
le cayó la polémica?
Como lo que es una opinión y el consiguiente debate
que fue a nivel mundial. La ciencia suele volverse más
abstracta y en consecuencia lejana de los problemas,
de las preocupaciones, de las palabras de la vida diaria.
Sin embargo, su utilidad aumenta en gran proporción
en el mundo actual. No es un asunto de capacidad cognitiva,
se relaciona con el tiempo que se le dedica a la ciencia,
al pensamiento científico general, abstracto y
que uno necesariamente debe compartir con labores específicas
y particulares domésticas, concretas y ahí la
situación es igual para todas las mujeres, compleja,
absorbente. Summers, en todo caso, reconoció que
fue un error plantearlo de esa forma. En la medida que
las condiciones sociales cambien a favor de la mujer,
cada vez más jóvenes se incorporarán
a su estudio. Eso lo compruebo como profesora de distintas
carreras. Es un cambio paulatino que ya se vive.
Mónica
Silva Andrade
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