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Selección
de honor
Se
sienten contentos con la opción que eligieron
para su formación profesional, una decisión
en que –coinciden- pesó mucho la
cercanía y el prestigio de la casa de
estudios. Y están felices por el reconocimiento
que la Universidad les hace, porque consideran
que, de algún modo, es un premio al esfuerzo
y dedicación que han puesto en sus estudios.
Son tres de los 10 estudiantes que este año
se hicieron merecedores de la Beca de Excelencia,
por registrar los puntajes promedio más
altos de la PSU, en el proceso de selección
dentro de la casa de estudios.
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Es
una elección que tiene muy feliz a Silenne
Vinet (Chiguayante), que –dice- había querido “desde
chica” estar en esta Universidad. De sus primeros
días en las aulas rescata el ambiente grato que
ha vivido y ya comienza a prepararse para el cambio que
significa pasar del colegio (en su caso El Arabe) a la
Universidad. Con un promedio 6.5 en la enseñanza
media, cuenta que nunca estudió demasiado, pero
advierte que ahora tendrá que hacerlo de forma
más sistemática para responder a las
nuevas exigencias.
Cristian Mena también está preocupado por
agarrar el ritmo de la Universidad para afrontar bien
sus actividades académicos. Para este alumno que
desde el Colegio Concepción de Los Angeles siguió los
pasos de su hermano en la carrera de Medicina, la receta
del éxito en los estudios es simplemente esfuerzo
y dedicación, que cree que son las razones por
las que alcanzó buen puntaje en la PSU, que le
permitió acceder a la Beca de Excelencia. Esta
beca, afirmó, es una motivación más
para esta nueva etapa formativa, que para Cinthya Rivas
egresada de los Sagrados Corazones de esta ciudad, hay
que asumir con mucha responsabilidad. “Ahora es
distinto, todo depende de uno, no hay nadie detrás”.
En su opinión, es importante la madurez que se
tenga, porque no hay obligación de ir a clases “y
los que no quieran sacar su carrera, pueden desviarse
y hacer otras cosas”.
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