Los
inicios de la élite penquista y su legado
Para
presentar su última obra histórica, el
doctor Leonardo Mazzei eligió el Club Concepción,
centro de reunión de la élite penquista
hasta nuestros días. Así, el 14 de marzo
a las 19:30 horas, se lanzó el libro La Red
Familiar de los Urrejola de Concepción en el
siglo XIX.
El estudio, el trabajo de investigación y su posterior
publicación se debió al fuerte apoyo que
el profesor y sus colaboradores recibieron de la facultad
de Humanidades y Arte, el sello Editorial de la Universidad
y el Centro de Investigación Diego Barros Arana.
En el acto estuvieron presentes el Director del centro,
dependiente de la dirección de Archivos y Museos,
Rafael Sagredo Baeza; Eduardo Urrejola, descendiente
directo de la familia, que habló y agradeció en
nombre de todos, quienes hoy residen en su mayoría
en Santiago, y el presidente de la Sociedad de Historia,
Sergio Carrasco.
Para el profesor Mazzei lo que más le llamó la
atención de los Urrejola y uno de los principales
factores que lo impulsaron a escribir este libro fue “ver
una familia que toma una opción contraria al rumbo
de la historia, que era la independencia, porque esta
familia es realista no es partidaria de la independencia,
pero no es la única. Es representativa de las
familias de Concepción que no estuvieron con la
independencia. Además es una familia que se prolonga
mucho en el tiempo, llega hasta nuestros días”.
Agregó que lo más llamativo fue la consecuencia
que mantuvieron con sus ideales.
Así, el aporte más importante de los Urrejola
a la ciudad de Concepción es el de contribuir
a la formación de una élite, lo que puede
ser discutible. Fueron estas familias las que cumplieron
la función histórica de dar identidad local
y regional y eso es lo que el doctor Mazzei espera que
se recupere. “Es un poco pretencioso de mi parte” señala,
pero anhela aportar al rescate de la identidad que cree
se está perdiendo en Concepción.
Los documentos son muy fríos pero a veces el historiador
debe ver lo que hay detrás de ellos y que puede
ser muy humano. Es más: dentro de su investigación
el docente de la Universidad se dio el tiempo de reunirse
una tarde con los descendientes de la familia Urrejola,
la cual resultó más interesante de lo que
todos esperaban. Así compartió con 50 personas
que, de una u otra manera, se relacionaban con el apellido
o descendían de los Urrejola y que aún
mantienen la consecuencia en los ideales de los primeros
fundadores de su familia.
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