Fernando
González
La
capacidad de relacionarse con la diversidad
Fernando
González Núñez es bioquímico,
está casado con Gloria Mercado Bugain y tiene
dos hijas, Javiera de 11 años y Alejandra de
dos años y medio. Actualmente es el jefe de
laboratorio del departamento del Ambiente del Servicio
de Salud Coquimbo, emplazada en la bella ciudad de
La Serena.
Oriundo
de Concepción, emigró hacia
la cuarta región para hacerse cargo de una incipiente
sección encargada del análisis de alimentos,
el que convirtió ahora en unos de los mejores
y más equipados laboratorios ambientales nivel
nacional que nada tiene que envidiarle a su referente
nacional, el Instituto de Salud Pública. Pasó su
infancia y adolescencia como un salesiano de corazón
para ingresar el año 1979 a la Universidad de
Concepción. Hijo de un empleado de Huachipato
ingresó a Bioquímica donde dice haber
vivido años maravillosos compartiendo la vida
y la Facultad con los químicos farmacéuticos, época
en que destaca el ambiente relajado, el compañerismo
y por sobre todo la simplezas de las personas con quienes
estudió y la cercanía de los profesores.
Además de formar su carácter, conoció a
su esposa, en esos años una estudiante también
de Bioquímica y que hoy está a cargo
del Laboratorio Clínico del Hospital de Coquimbo. ¿Qué te
motivó a estudiar Bioquímica?
Mi inquietud por la Bioquímica tenía que
ver con el interés por lo científico y
estar lejos de las ingenierías y las áreas
sociales con las que creo no tener aptitudes. La bioquímica
en ese tiempo era sinónimos de ciencia, ahora
es más ingeniería, está presente
en todo. En ese entonces era más el estudio de
la biología como una ciencia básica, conocer
procesos metabólicos, cómo se aplican en
el cuerpo humano, en la parte animal, en la parte vegetal. ¿Qué impresión le produjo ir a
la Universidad como alumno y ya no como un visitante
más?
La Universidad me encantó desde el primer momento
tanto en la forma de impartir conocimiento como por el
barrio. Es una de las pocas universidades que logra combinar
el tema estudio con lo ambiental y arquitectónico.
Además hice muchos amigos porque la carrera era
muy pequeña, los alumnos no eran más de
veinte por lo que era fácil hacer amistades. Los
estudiantes y los profesores eran personas sencillas,
no había ese distanciamiento docente-alumno. Pero
hubo años fuertes, entre el 83 y 85, en que compañeros
nuestros fueron golpeados y encarcelados. No da gusto
recordar. Eramos muy pocos y si faltaba uno sabíamos
que algo malo pasaba. ¿Cómo
fue el paso al mundo laboral?
Luego de titularme el 85 estuve en el Laboratorio
de Inmunología de la Universidad Católica
en Santiago. A los dos años me vine a trabajar
a la dirección de Servicio de Salud Coquimbo,
luego de visitar La Serena para presentar un trabajo
en un Congreso. Tuve bastante suerte porque el campo
laboral era muy reducido en el sur para los bioquímicos
como profesionales.
¿
Cuál fue el legado de la Universidad en su vida
personal?
Su legado fue la capacidad que me entregó para
relacionarme con gente muy diversa, de distintos lugares,
con formas de vida diferentes. Relacionarte con la diversidad
es lo que te permite proyectarte, llegar a un lugar y
surgir. Me vine a vivir solo a La Serena y pude formar
una familia y desarrollarme profesionalmente sin problemas.
¿
Cuál es el rol que le asignas a tu formación
en tu quehacer diario?
La bioquímica me sirvió para lo que yo
hago ahora, que es el manejo técnico y administrativo
de un laboratorio de análisis ambiental. Estoy
muy orgulloso de ser capaz de desarrollar y proyectar
un laboratorio de ambiente que en principio era un pequeño
laboratorio bromatológico (de análisis
de alimentos) y que a través de diversos proyectos
lo hemos convertido en un laboratorio que nada tiene
que envidiar al del Instituto de Salud Pública.
En equipamiento, resultados y profesionales, el nivel
es buenísimo. Pudimos integrar los análisis
de suelo, aire, agua, etc, incluyendo todo lo que no
tenga que ver con muestras biológicas que es labor
de los laboratorios clínicos. En la región
no hay ningún laboratorio privado que realice
nuestro trabajo y estamos muy bien catalogados junto
al Sesma, o los servicios de Concepción o Viña. Ximena Bertin Espinoza
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