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nro 529  Jueves 19 de agosto de 2004

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Heles Contreras
El padre de una tradición cincuentenaria

Una gran osadía exhibió desde sus inicios el Coro de la Universidad y a ello contribuyó en gran medida su director-fundador, Heles Contreras, que en 1954 era el presidente del Centro de Estudiantes de Educación y que, en medio de El gran cahuín, como se llamó a la semana pedagógica de ese año, dio vida a la agrupación musical que en esa época respondía al nombre de Coro de Inglés.

Carismático y tan delgado como siempre (dicen los coralistas de esa época), Heles Contreras llegó a Concepción a celebrar los 50 años del Coro universitario. La recepción brindada más parecía la de un mandatario o autoridad política. A su llegada a Carriel Sur, un coro de 20 integrantes le entonó el Himno de la Universidad, luego una apretada agenda de prensa y un concurrido desayuno, recibieron a este hombre avecindado hace 40 años en Seattle, Estados Unidos, donde se desempeñó por 39 años en la Universidad de Washington.

Con cinco hijos, “un montón de nietos” y dos bisnietos, sólo su hijo mayor se dedicó a la música, en la especialidad de guitarra clásica; mientras él mismo, sólo hace diez años volvió a vincularse a la música en un coro en Seattle.

-¿Cómo nació ese ya mítico Coro de Inglés?

-De manera muy espontánea. En la semana pedagógica de 1954 nos juntamos un grupo pequeño para presentar nuestro número como carrera de Inglés. Como había pocos hombres, por lo que tuvimos que conseguir barítonos y bajos de castellano y del curso normal.

-¿Cuál fue el primer repertorio?

-Un negro spiritual, un canon y El clavel del aire, de Juan de Dios Filiberto, que después se transformó en nuestro segundo himno. Pero desde que comenzamos éramos bien atrevidos interpretando obras corales sinfónicas muy ambiciosas. Además hacíamos un programa de navidad bastante extenso; salíamos a los barrios y en una ocasión lo hicimos en un camión sin barandas.

-¿Cómo es que usted se transformó en director del coro?

-Yo leía música y sabía algunas cosas muy simples y había cantado en cuartetos.

-Y, ¿cómo fue que ese coro pasó a ser de la Universidad?

-Inmediatamente después de la primera presentación pasamos a ser el Coro de la Escuela de Educación y después nos transformamos en el Coro de la Universidad. Claro que seguíamos en esa onda, sin presupuesto, sin nada, con nuestro puro esfuerzo. Ensayábamos de lunes a viernes de 12 a 13 horas con un gran entusiasmo. En nuestra primera presentación éramos 30-35 integrantes, pero ya en el segundo año éramos 80 personas. Incluso Eduardo Gajardo, que tenía una gran formación musical (y que después fue director del coro) se integró tempranamente bajo mi dirección.

-¿Cómo era el apoyo de la autoridad universitaria en esa época?

-Don David Stitchkin, que asumió como Rector en el segundo o tercer año del Coro, fue una persona que aportó mucho a nuestro trabajo. No sólo nos proporcionó medios para el funcionamiento, sino que también participaba en algunas de nuestras actividades. Una navidad, por ejemplo, invitó a todo el grupo a su casa.

-¿Qué pasó cuando usted fue a hacer sus estudios de posgrado en Lingüística a Estados Unidos?

-Fui entre 1958 y 1961 y, en ese período, dirigió el Coro Wilfried Junge. A mi regresó fui el director por 3 años más y en 1964 me fui a Seattle donde estoy desde ese entonces.

-Y, allá, ¿se ha dedicado a la música?

-Sólo recientemente. Los primeros 30 años me dediqué sólo a mi trabajo. En 1994 me integré a un coro en Seattle que estaba preparando una gira a Chile, así es que en 1994 pasé por Concepción cantando con ese grupo. En los últimos 3 ó 4 años me trasladé a un coro de cámara.

-Coro que tiene un público bastante singular, ¿no?

-El director, que también es compositor, está muy preocupado por el tema ecológico. En la zona donde yo vivo hay una escuela de ballenas y este director inició la tradición de, cada solsticio de verano, ofrecer un concierto en la isla Grande de San Juan donde pasan las ballenas.

-Y ¿van las ballenas a escucharlos?

-La mayor parte de los años sí aparecen.

-Volviendo al Coro de la Universidad, ¿qué le parece que esa tradición que usted inició cumpla 50 años?

-Es increíble que se mantenga y con tan alto nivel. Haciendo una asociación, hace 100 años que existen los aviones y hace 50 años que existimos nosotros. Es una gran fecha.

   
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