Antonio
Stuparich
El
guardián de la música
La
viola ha sido una compañera constante no sólo
en su vida, sino también en la de su familia.
De padre cantante lírico, quien también
fue violinista, Antonio Stuparich comenzó a
estudiar este instrumento similar, aunque de mayor
tamaño que el violín, a los 17 años.
En esa época trabajaba en Huachipato y cantaba
en coros polifónicos.
Pero,
además, sus hijos Paula y Alex también
son violistas; la primera en la Filarmónica
de Santiago y el segundo en Canadá, donde participa
de agrupaciones amateur.
En 1954 ingresó a la naciente Orquesta Sinfónica, que el sábado
3 de julio cumplió 52 años; con 50 años de trayectoria en
la agrupación musical, el maestro Stuparich es hoy el músico más
antiguo de ella. Además, hace 20 años que se encarga del archivo
de la Orquesta, donde se guardan las partituras de las más de 2 mil obras
que se han interpretado en este tiempo. También es el encargado de que
todos los integrantes de la Orquesta tengan su música a tiempo para los
estudios y ensayos.
-¿Qué es
lo que le atrajo de la viola?
-Tiene un sonido más lindo que el violín,
pese a que su repertorio no es tan amplio. Yo empecé a
estudiarla a los 17 años; en esa época
estaba Horst Drexler que fue profesor de todos.
-¿Qué recuerdos tiene de los inicios de
la Orquesta?
-Lo más importante es el apoyo del rector David
Stitchkin, tanto al Teatro como a la Orquesta. En esos
tiempos ensayábamos en el Teatro Concepción
antiguo, en el camarín alto. En 1956, el Rector
me entregó el premio Iniesta-Corma por el compromiso
y la entrega a la Orquesta de Cámara Universitaria.
-¿Cuál es, a su juicio, el concierto más
importante?
-Creo que el más importante fue el del año
54, cuando vino Héctor Carvajal a reemplazar a
Wilfried Junge que estaba en Europa. El Teatro Concepción
antiguo se repletó y después del concierto
hicimos una campaña de socios cooperadores y nos
llenamos como con 300 socios.
-¿Se acuerda del programa de ese concierto?
-Carvajal trabajó tres meses con nosotros y sacó un
concierto macanudo; me acuerdo que el programa incluía
la Serenata Nocturna de Mozart y la Tocata de Frescobaldi.
Pese a que ya funcionaba hacía dos años,
ese concierto dio a conocer la Orquesta para toda la
comunidad.
-¿Como se hizo cargo del archivo? -Mi profesor, Drexler, fue el primer concertino
de la Orquesta, y quien encargaba la
música y todo esto.
Cómo yo soy fanático para esto y me encanta
la música, cuando se fue, me lo dejó a
mí. El contrabajista Fernando Poveda se hizo cargo
un tiempo del archivo.
-¿Cuáles, a su juicio, son los hitos de
la Orquesta en estos 52 años?
-Recuerdo la venida de directores como
Víctor
Tevah, el maestro Teodoro Fuchs, o el chino Cho-Hooy.
Otro que hizo mucho por la Orquesta fue Joachim Harder,
lo mismo que el maestro Santos.
-Dentro de toda esta cantidad de
música que lo
rodea, ¿cuál es su compositor favorito?
-Me gustan más Bach y Mozart: La Pasión
según San Juan, de Bach, o el Réquiem de
Mozart, por decir algo.
-¿Qué es lo que más atesora de este
archivo?
-Si a uno le gusta la música, le gustan todos
los músicos. Incluso hay obras aquí que
fueron copiadas por nosotros en los inicios de la Orquesta.
-¿A qué músicos que ya no están
en la Orquesta recuerda especialmente?
-A tantos: Francisco Arroyo,
por ejemplo, que fue
concertino tanto
tiempo. También Patricio Cobos.
-¿Cuáles son sus sueños para la
Orquesta en este cumpleaños?
-Un teatro. Es increíble la diferencia de cómo
suena la Orquesta con una buena acústica.
-¿Cómo evalúa a la Orquesta de hoy?
-Gorelik se ha preocupado
mucho de lo artístico
trayendo más músicos. El nivel también
ha progresado mucho. Gorelik es un buen director, pero
además le han dado los medios para desarrollar
la Orquesta.
Ximena
Cortés O
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