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Luis
Saldaña
Un intenso recorrido por el teatro de la Universidad
Imposible
llegar al Teatro Universidad de Concepción y no
encontrarse con la presencia acogedora de Luis Saldaña
quien, con 50 años de vida ligado al escenario,
exhibe entre sus historias el haber participado en hitos
tan importantes para la cultura local, como el mítico
grupo de teatro TUC y otras agrupaciones teatrales, donde
fue electricista, jefe administrativo, de personal, proyectista
e incluso extra.
Sin embargo, nunca ha descuidado a su familia, a pesar
de vivir prácticamente en el teatro. Es un hombre
feliz con su trabajo y con la vida que le tocó
vivir.
Los
que durante esta última docena de años han
debido circular, por distintos motivos, por el Teatro
de la Universidad de Concepción, han sido recibidos
por un siempre afable Luis Saldaña, capaz de resolver
cualquier problema grande o pequeño, en cualquier
circunstancia.
Jefe de Operaciones del Teatro desde hace 12 años,
su vida ligada a las tablas se remonta a más de
medio siglo, viviendo incluso la demolición del
Teatro Viejo producto del terremoto de 1960,
y el traslado al nuevo edificio, en 1962, donde comenzó
la relación definitiva entre don Luchito
y el Teatro de la Universidad de Concepción.
Hace
medio siglo
Corría
el año 1953 y el Teatro Concepción estaba
ubicado en Barros Arana con Orompello, cuando el joven
Luis conseguía trabajo como encargado de
publicidad, labor que, en la práctica, consistía
en repartir afiches en las grandes casas comerciales.
Feliz,
recuerda que su primer contrato de trabajo lo firmó
don Enrique Molina. Lamentablemente, el histórico
documento no existe ya que se destruyó en una inundación
del Teatro.
Así
comienza la historia de don Luchito, como
amablemente le llaman sus compañeros de trabajo.
Hoy se desempeña como jefe de Operaciones donde,
como explica, debe coordinar todo lo que sucede
en el escenario.
Con
muchos recuerdos y anécdotas de sucesos ocurridos
durante estos 50 años, uno de los principales hitos
fue su participación en el TUC, donde se desempeñó
como jefe técnico.
Saldaña
recuerda con cariño aquellos años, en especial
las giras por el país, y hasta su actuación
como extra en un par de montajes. Pero, dice, todo
tiempo tiene su época y la disolución
del TUC luego del golpe militar, puso fin a esa etapa
de su vida.
A
juicio de este hombre que el año pasado fue reconocido
por la Universidad por sus 50 años de trayectoria
entre bambalinas, hoy no existe una buena calidad de teatro
universitario, porque las agrupaciones se componen de
estudiantes de diversas carreras y no de profesionales
remunerados. Es difícil tener un buen teatro
con aficionados, asegura.
Familia
y teatro
En
el teatro se tiene horario de entrada, pero no de salida,
dice. Saldaña confiesa que nunca ha tenido problemas
con su familia por su trabajo en el teatro, porque me
conocieron así. Y, aunque en ocasiones puede
estar en el teatro toda la noche, se lo toma con humor:
mi señora viene al cine para verme.
A
pesar del horario absorbente, don Luis siempre se dio
el tiempo para estar con su familia y con Maria Hortensia
Ormeño, su esposa con la que tuvo tres hijos, ninguno
relacionado con el arte.
Orietta
Dennet
Alumna en pre práctica
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