La
dificultad de obtener armonía
ética en las sociedades pluralistas
López
Azpitarte planteó los beneficios y amenazas que
enfrenta la humanidad en la actualidad frente a los avances
científicos y tecnológicos. Una ética
civil, construida sobre los acuerdos básicos y
fundamentales en que la mayoría están de
acuerdo, es la alternativa que visualiza para el futuro.
Problemas
actuales en el campo de la bioética, fue el nombre
de la conferencia que dictó el especialista español,
Eduardo López Azpitarte sj, en el auditorio Salvador
Gálvez, invitado por el decano de Ingeniería,
Joel Zambrano. López Azpitarte es doctor en teología
y es director del máster en bioética de
la Universidad de Granada. Centró su exposición
en tres temas: el momento en que comienza la vida; la
calidad de vida y la valoración de conductas en
torno a estos temas.
Afirmó,
por ejemplo, que las dificultades que hoy existen en el
campo de la ecología son el resultado de las múltiples
violaciones sobre la naturaleza. Cuando el ser humano
no respeta los mecanismos de la naturaleza, no tiene en
cuenta existencias que hay que salvaguardar; cuando se
contaminan las aguas y la atmósfera, los gritos
de protesta que nacen de la ecología hay que considerarlos
como un toque de atención que no todo lo que se
hace es beneficioso.
Se
afirma que una ética que no tenga en cuenta los
últimos datos científicos y descubrimientos
provoca indiferencia o falta de credibilidad, pero también
es cierto que una ciencia que no tiene para nada en cuenta
ciertas barreras y ciertos límites, puede llegar
a convertirse en una verdadera y auténtica amenaza.
Una ciencia sin conciencia puede llegar hasta la destrucción
del ser humano, dijo.
Para
el sacerdote, cualquier persona que realice una investigación
tiene que hacerlo con una meta, y para conseguirla tiene
que utilizar determinados medios. Cuando se analizan ambos,
siempre existe una consideración ética.
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