Mauro
Parra
Tras
los secretos del feto
La
política, el deporte y la medicina compartieron
durante los años de estudio en la facultad de Medicina
del doctor Mauro Parra Cordero (40 años, casado,
dos hijos), jefe de la Unidad de Medicina Fetal del hospital
José Joaquín Aguirre.
Ganó
la medicina. En buena hora, porque el doctor Parra ha
sido considerado uno de los talentos y avanzados nacionales
en el campo de la medicina fetal. Docente e investigador,
el reconocimiento lo hizo un diario que consultó
a voces especializadas para detectar a aquellas personas
que darán que hablar en los próximos años
por los avances en que están empeñados en
sus respectivos campos.
El
profesional nació en Osorno, hizo el primer año
del Bachillerato en Ciencias Biológicas en Valdivia
y llegó luego a Concepción
Ingresó en 1982 con una beca deportiva pues lanzaba
jabalina y practicaba el salto largo. Se encontró
con la Universidad estructuralmente muy hermosa, con historia,
con un alma bien definida, con enorme potencialidad, pero
con el peso manifiesto de la tutela militar de aquel entonces.
-¿Qué
puede decir de su formación en la facultad de Medicina?
-Buena
y motivante en el área de mi especialidad: la obstetricia
y la ginecología. Recuerdo a profesores como el
doctor Henning, con una enorme capacidad para transmitir
no sólo sus propios conocimientos, sino que entusiasmar
con su especialidad. De hecho, Ricardo Gómez, en
el Sótero del Río, y Julio Astudillo, en
la Clínica Alemana, nos dedicamos a lo mismo y
nos andamos tocando en todos los congresos. La ginecología
reúne la medicina propiamente tal con la cirugía
y con resultados concretos que se deciden en nueve meses.
Mi práctica en el hospital Higueras me confirmó
el que mi decisión había sido la correcta.
Compartió
estudios con la política. ¿Cómo
fue esa experiencia?
-Interesante.
Fui vicepresidente y presidente del centro de Alumnos
de Medicina y vicepresidente de la Federación de
Estudiantes. Si bien el impulso fue circunstancial, por
lo que se vivía, la actividad política siempre
es importante. Recuerdo el año 86 como decisivo.
También me atrasé un año en recibirme,
por mi dedicación a la política.
-¿Cómo
inicia su profesión?
-Como
médico general de zona en Los Vilos. Luego postulé
a la Universidad de Chile para una beca y la logré
en 1990. Llegar a un hospital como el JJ Aguirre es impactante
por su condición de hospital público, pero
también universitario, que permite una práctica
médica del primer nivel. Más tarde vuelvo
a San Felipe como médico especialista en ginecología
donde estoy hasta el 95. Al año siguiente viajo
a Londres becado por cuatro años al Kings
College Hospital.
-¿La
medicina fetal es nueva en su desarrollo?
-Como
concepto se ha ido reestructurando con el tiempo y se
liga con los avances en la ultrasonografía y la
ecografía, verdaderas ventanas hacia el feto. Podemos
hablar de unos 20 años apenas. La medicina fetal
pesquisa a la madre y al feto con el apoyo tecnológico;
a los problemas que pueden afectar al feto como la hipertensión,
las malformaciones y los partos prematuros.
¿Pueden
intervenir el feto?
-Lo
primero es la pesquisa, prevención y tratamiento.
También puede hacerse cirugía cuando estamos
en presencia de malformaciones o de embarazos gemelares
de desarrollo irregular. Ahí se puede intervenir
sobre la placenta, separar vasos sanguíneos con
técnica láser; las espinas bífidas,
la columna abierta que puede producir a futuro mucho compromiso
neurológico.
¿Cómo
recibió la denominación de talento avanzado
que se le otorgó?
-Bien,
aunque fue sorprendente porque encuestaron a especialistas
y ahí saltaron nombres. Nosotros investigamos sobre
cirugía fetal, desarrollamos un grupo de trabajo
con el apoyo de Fondecyt, en que tratamos principalmente
fórmulas de prevención de la preclampsia
a través del efecto de las vitaminas antioxidantes
C y E.
Su
universidad madre ¿tuvo algo que ver con los excelentes
resultados que logra en su profesión?
-Por
supuesto. Hay todo un legado y un orgullo de ser universitario
proveniente de allí. Por otro lado, estoy trabajando
en la medicina pública, algo que debe fortalecerse
más en este país para que alcance niveles
óptimos.
¿Mantiene
alguna ligazón con la U. de Concepción?
-Formalmente
no y lo lamento mucho. Pienso en el grado de liderazgo
que tuvo la facultad de Medicina, especialmente en ginecología.
No sé como estará ahora, aunque estimo mucho
al doctor Octavio Enríquez, por el compromiso que
demostró en épocas difíciles. Me
alegró saber que era el decano.
Mónica
Silva A.
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