Los
problemas éticos relacionados con el papel de los
medios de comunicación han estado en la discusión
pública estos días.
La
decisión inédita del pleno de la Corte Suprema
de enviar al Consejo Nacional de Televisión, al
Consejo de Etica de los Medios de Comunicación
y al Tribunal de Etica del Colegio de Periodistas los
antecedentes aportados por el ministro Calvo cuyas declaraciones
fueron grabadas sin su consentimiento, han hecho que este
fenómeno se traslade desde los Tribunales al ámbito
de la discusión social.
La
ética contemporánea se enfrenta a dos principios
que la rigen: libertad y responsabilidad. Al hombre se
le entiende primeramente como un ser libre. Pero tal libertad
no debe sustraer la de otros. Al tener que dejar espacio
para la libertad del otro, las personas se hacen responsables
de la propia. Esto vale, precisamente, para la libertad
de información, valor fundamental en toda sociedad
democrática.
En
este caso se enfrentan, como siempre que hay problemas
éticos, uno o más derechos. Se trata por
una lado de la libertad de información que obliga
a entregar responsablemente toda la información
que la sociedad requiere para su funcionamiento democrático
y por el otro los relacionados con la honra de las personas,
la privacidad y el derecho a una respuesta.
Cuando
se trata de problemas éticos de los periodistas,
éstos quedan naturalmente expuestos a la luz pública,
sin embargo este año que finaliza varios gremios
han debido analizar estos aspectos: médicos, sector
de la construcción, transportes, políticos,
entre otros.
Es
un llamado de alerta para que al interior de la Universidad
no sólo se enseñe la ética propia
de cada profesión, sino que además se discutan
los temas actuales y lo más importante, que los
académicos sean un ejemplo para las generaciones
de jóvenes que se educan en sus aulas.
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