Los
cambios demográficos que ha experimentado el país
no se han reflejado hasta ahora- en la educación
superior. En la segunda parte de la década de los
noventa se produjo la caída más fuerte de
la tasa de natalidad en el país y de acuerdo a
los informes del Registro Civil, cada año han nacido
70 mil niños menos. Además se ha producido
un cambio en la estructura de edades que evidentemente
repercutirá en la composición de las futuras
generaciones estudiantiles.
Según
el último censo, la población total del
país creció 13%, los niños de 0-4
años tuvieron una tasa negativa de 20,8%, y donde
se ve el mayor incremento es en las personas de 65 años
y más que presentan un aumento de 38,9 puntos porcentuales.
La
disminución de jóvenes entre 18 y 24 años
no se ha hecho presente en la educación superior
porque se ha producido un aumento importante en la cobertura,
fenómeno que deberá extenderse hasta al
menos el año 2006- cuando se estima habrán
800 mil alumnos en esta etapa educacional.
Las
tendencias futuras indican además, que en Chile
la tasa de nupcialidad está en franco decrecimiento,
medida en matrimonios por mil habitantes, países
como España presentan 5,3% y en nuestro país
alcanza 4,1%.
Este
envejecimiento de la población debe llevar a proyectar
la universidad de la próxima década atendiendo
a los adultos mayores. No sólo en programas como
los que se realizan en Edhuarte y la facultad de Farmacia,
sino que anticipando que serán estas personas las
que probablemente ingresen a estudiar nuevas carreras,
reciclarse o seguir posgrados.
Este
cambio generacional ya se ha hecho presente en Europa
y es una de las razones que justifica la búsqueda
de candidatos en los países en desarrollo, ventaja
que deben aprovechar quienes desean proseguir estudios
en el extranjero.
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