Hace
una semana que el Presidente de la República entregó
al país su propuesta en materia de derechos humanos
No hay mañana sin ayer que ha sido objeto de múltiples
debates y análisis. La Universidad no puede ni
debe mantenerse ajena a esta discusión y debe aprovechar
la oportunidad para conversar en el seno de la comunidad
académica.
El
país, coinciden la mayor parte de los analistas,
ha dado un paso importante en reconocer el tema de los
derechos humanos y las violaciones ocurridas entre 1973
y 1990. Ya no se trata de un problema que atañe
sólo a los familiares de las víctimas, sino
que ha sido asumido por los más variados sectores
del mundo nacional desde la izquierda a la derecha; desde
los miembros de las fuerzas armadas hasta las iglesias;
y es en ese contexto que surge la propuesta presidencial.
Lagos
comienza por reconocer los avances durante estos años,
recordando que hay acuerdo en que queremos que jamás
en nuestro país vuelvan a ocurrir las atrocidades
que sucedieron en el período señalado. Para
ello todos debemos cuidar la convivencia conseguida con
tanto esfuerzo en estos años y el irrenunciable
patrimonio de nuestra historia republicana.
En
un segundo capítulo aborda las medidas para perfeccionar
la búsqueda de la verdad y la justicia y posteriormente
aquellas tendientes a perfeccionar la reparación
social. Las últimas propuestas procuran mantener
en el futuro bajo cualquier circunstancia,la vigencia
del pleno respeto a los derechos humanos. Con acciones
legislativas, fortalecimiento de la educación en
derechos humanos y la creación de un instituto
especializado.
Como
lo indica el texto, estos pasos deben asumirse por la
sociedad en su conjunto. El intercambio respetuoso de
puntos de vista en la Universidad es una urgencia.
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